GALARDONES ENTREVISTAS
«Los problemas del ser humano generan poesía»
Después de más de treinta años viviendo en Lleida, Josep Maria Sala-Valldaura afirmó sentirse “como un leridano más”. Por eso, “como leridano de adopción, me ha hecho una gran ilusión ganar el principal premio literario de Lleida con este ensayo de cocción lenta, que he ido escribiendo durante los últimos diez años, alternando con otras obras de poesía y de ensayo. Como todo en la vida, no hay que tener prisa”.
Una obra que ha titulado con el nombre de unos ‘personajes’ muy conocidos de referencia bíblica. “La serp i la poma es un título simbólico para un libro en el que explico hasta qué punto puede seducirnos la serpiente de la poesía y cómo nos comemos la manzana, dulce o ácida, de la poesía”, comentó este profesor, ya jubilado de la Universitat de Lleida y con una larga trayectoria literaria en poesía, narrativa, ensayo, crítica literaria y también traducción. La seducción de la ‘serpiente de la poesía’ tiene un objetivo: “Creo que a la persona que lea el ensayo le entrarán ganas de leer poesía, porque explico con ejemplos las diferencias que proporciona el conocimiento poético respecto al filosófico o al científico y hasta qué punto los problemas, deseos, ilusiones..., se pueden tratar con el primero”.
Eso sí, en el cada vez más complejo mundo actual, Sala-Valldaura aseguró que la poesía no es una llave milagrosa para entenderlo, “pero al menos profundiza en ello, porque comprender todo lo que nos rodea no es humano, la condición humana no puede asumir todo el conocimiento del mundo; es un caos que no podemos representar del todo y no existe una herramienta para poder hacerlo. De hecho, cada avance de la ciencia supone más cosas para descubrir”. Sin embargo, el escritor remarcó que “todos los problemas del ser humano generan poesía”.
Por ejemplo: “La poesía no resolverá el problema actual del cambio climático, pero sus consecuencias seguro que irán a parar a la poesía. Y es que la poesía vive entre otras cosas de la marginación y de los problemas”.Claro que el escritor leridano reconoció que hoy en día la ciencia pesa más que la letra: “Es un problema de tipo económico y de prestigio social que, sin embargo, no responde a nada objetivo. Se valoran más determinados conocimientos científicos que, por ejemplo, los tradicionales agrícolas.
No hay unos conocimientos mejores que otros, siempre son complementarios, se suman”. Y este cambio de paradigma social lo conoce muy bien por su experiencia docente, primero como profesor en institutos y después en su etapa en la Universitat de Lleida. “El peso cada vez más menguante de los estudios de letras lo veo como una pérdida social, enorme, muy triste.
Pero yo también soy de ver el lado optimista de las situaciones. Veo que la gente joven sigue leyendo y está preocupada por las artes y la cultura en general. Décadas atrás, en cambio, había poca gente lectora en este país, y con pocos estudios.
Antes, el ocio juvenil era pasear o leer. Hoy en día tienen muchas más posibilidades de ocio y de capacidad de consumo. Creo que es una cuestión biológica: la cultura cambia, no desaparece”.