POLÍTICA CULTURAL PATRIMONIO
Museu de Lleida, año 15
El 30 de noviembre de 2007 se inauguró este equipamiento heredero del Diocesà || Desde entonces, más de 400.000 visitas a pesar de la sombra del litigio
Tal día como hoy de hace 15 años –en una gélida mañana con niebla incluida– abrió sus puertas el nuevo Museu de Lleida, Diocesà i Comarcal con una apoteosis de público y de autoridades, en una jornada de estreno que se alargó hasta última hora de la tarde con fuegos artificiales incluidos. No era para menos, habían pasado casi veinte años de la firma de un convenio institucional para impulsar el nuevo museo, ‘heredero’ del Diocesà, que solo se activó en 1997 cuando se encendieron todas las luces de alarma con la reclamación de obras de arte desde Aragón. La cesión de terrenos de la Diputación en la Illa de la Maternitat y unos 13 millones de euros, la mayoría de la Generalitat, hicieron posible el estreno del principal equipamiento museístico de Lleida, que atesora unas 40.000 obras entre el ámbito arqueológico y el artístico.
Aunque el conseller de Cultura de turno, Joan Manuel Tresserras, presidió el acto inaugural, el protagonista fue el obispo Francesc Xavier Ciuraneta a pesar de que hacía ocho meses que había dejado el cargo por motivos de salud, agravados sin duda por sus años de lucha titánica contra adversarios dentro de su propia ‘casa’ (Vaticano, Conferencia Episcopal) para salvar el arte de la Franja. Su sucesor ‘interino’, el administrador apostólico Javier Salinas, bendijo el nuevo edificio pero le dejó con acierto que fuera él quien recibiera aplausos, agradecimientos y felicitaciones. Curiosamente, el actual alcalde, Miquel Pueyo, también posó en la foto oficial pero no como primer edil de la ciudad –cargo que ostentaba entonces Àngel Ros– sino como delegado del Govern.Al cumplirse los primeros cinco años, la entonces directora del Museu de Lleida, Montserrat Macià, reconoció que “la euforia inicial se ha ido aposentando”.
Aquel 2012, la pinacoteca cerró con unos 23.000 visitantes, lejos del año récord del 2010, con más de 36.000. El décimo aniversario aún fue peor, pero por otros motivos. Dos meses después del 1 de Octubre y en plena intervención de la Generalitat por el artículo 155 de la Constitución, la Audiencia de Huesca ‘felicitó’ al museo el 30 de noviembre de 2017 ordenándole la inmediata entrega del arte del monasterio de Sigena.
Una orden que se acató a la fuerza poco después, el 11 de diciembre, con la polémica entrada de madrugada de la Guardia Civil en el museo. La sombra del litigio del arte acabó completándose entre febrero y marzo del año pasado, con el traslado de otro centenar de obras al Museo Diocesano de Barbastro. En suma, dos pérdidas ínfimas en cuanto a cantidad de piezas, pero muy significativas en calidad y sobre todo por el simbolismo que representaban: el territorio de la antigua diócesis de Lleida, ajeno a la moderna frontera provincial.Sin olvidarse de este pasado traumático, el Museu de Lleida llega al 15 aniversario con fuerzas renovadas fruto del plan de impulso establecido por las instituciones: más apoyo presupuestario, remodelación de las salas del arte gótico, cesión de obras por parte del Museu Nacional d’Art de Catalunya y de mecenas como Tatxo Benet o Antoni Gelonch.
El resultado: a 31 de octubre ya se han superado los 17.000 visitantes, 1.500 más que en todo el 2019, antes de la pandemia. En 15 años, más de 400.000 visitantes y usuarios de actividades, con una media anual de más de 26.000.