CULTURA
Secretos de la Seu Vella
El ingeniero industrial leridano Ramon Drudis, divulgador de la ciencia astronómica, desvela a través de vídeos en las redes sociales algunas curiosidades arquitectónicas del edificio de la Seu Vella poco conocidas. Después de años de investigación, también saca a la luz detalles escultóricos vinculados sorprendentemente a la astronomía.
El leridano Ramon Drudis es ingeniero industrial pero su gran afición de toda la vida es la ciencia astronómica. Y su gran pasión, divulgar la astronomía, como ya hace en los últimos años de forma periódica con charlas en escuelas y reportajes en SEGRE.
Ahora ha dado un paso más y ha saltado a las redes sociales dando a conocer detalles singulares y sorprendentes del monumento más emblemático de Lleida, la Seu Vella, algunos de ellos vinculados a la astronomía. Ya ha publicado dos mini documentales en el canal divulgativo Mil Històries (que pueden visionarse en www.youtube.com/@mil_histories), impulsado por la periodista Gina Raymat y Enric Cortés, responsable de proyectos audiovisuales de Trévol TV. En la primera cápsula de vídeo, Drudis descubre algunos ‘secretos’ astronómicos que se esconden en diversos capiteles escultóricos del interior del templo, que cuestan de observar a simple vista por el visitante dado que se alzan a bastantes metros de altura respecto al suelo.
“Ya hace una veintena de años que me llamó la atención la relación de la astronomía y la construcción de la Seu Vella, dirigida por el maestro de obras Pere de Coma”, explica Drudis, que no solo ha repasado de arriba a abajo paredes, columnas y capiteles del edificio sino que también ha ‘buceado’ en el Arxiu Capitular de Lleida y otros archivos históricos para su investigación. En las fotografías que ilustran este reportaje pueden verse la presencia de estrellas esculpidas en piedra, incluso un cometa, y de figuras mitológicas como Atlas y Heracles, vinculadas también a la astronomía, como la cúpula celeste o la Vía Láctea, respectivamente.En el segundo vídeo, Drudis también desvela detalles arquitectónicos del edificio que van más allá de los simples hechos ‘curiosos’. Por ejemplo, la orientación del templo en dirección noreste en lugar de la clásica hacia el este de los templos románicos, debido a la orografía del Turó, lo que ‘provoca’ una singular entrada de los rayos del sol por uno de los ventanales del ábside, cada año solo los dos días de los equinoccios de primavera y otoño.
O las medidas de la nave central: si dividimos el eje longitudinal (42,5 metros) por el transversal (25,25 metros), el resultado es 1,61, el número áureo, que “puede encontrarse también en la arquitectura del Partenón de Atenas o Nôtre Dame de París, en el hombre de Vitrubio de Leonardo da Vinci o en la misma naturaleza, en la espiral de la cáscara del caracol o en la flor del girasol”, afirma. O el número 8, el de la perfección en la Antigüedad, presente en numerosos espacios del templo, desde el campanario octogonal hasta el cimborio con cúpula octogonal o los tres rosetones de 8 aperturas.