POLÍTICA CULTURAL REHABILITACIÓN
Al Morera le pintarán la cara
Los andamios ya cubren la fachada de la futura sede del museo en la rambla Ferran || Para los trabajos de tapiado de ventanas y nueva imagen del edificio
Casi cuatro años después de los primeros trabajos de desmontaje y demoliciones en el interior del edificio de la antigua Audiencia de Lleida, en la rambla Ferran, para convertirse en el futuro Museu Morera y superados mil y un contratiempos económicos y constructivos, los ciudadanos ya pueden comenzar a ver la obra en acción desde la calle. Esta semana ha quedado ya totalmente cubierta de andamios la fachada principal de acceso al edificio para empezar a actuar en la ‘cara’ de lo que se convertirá en el Morera. Museu d’Art Modern i Contemporani de Lleida.
Así, sin dejar obviamente los trabajos en el interior de la casa, los operarios comenzarán el proceso de tapiado de ventanas y balcones del antiguo edificio judicial y de oficinas para convertirlo en un espacio museístico estanco y, lo más vistoso, el repintado de toda la fachada con la nueva imagen de la pinacoteca. El concejal de Cultura, Jaume Rutllant, explicó a SEGRE que “ahora comenzará la intervención en la fachada, la cara del museo, una actuación que evidentemente respetará la estructura exterior del edificio”. Por su parte, el director del Morera, Jesús Navarro, especificó que “las obras en el interior marchan a todo ritmo, centradas ahora en las diversas instalaciones de electricidad, climatización, ascensores...”.
Navarro añadió que “no será hasta mayo o junio que comenzaremos con la museografía del edificio, una labor que a partir de entonces está plafinificado que podamos avanzar en paralelo a las obras de carácter civil, que ya estarán en la última fase”. Rutllant aseguró que “la idea y el compromiso es que en septiembre pueda abrir al público el Morera en su nueva y definitiva sede, en la rambla Ferran”.Cabe recordar que la Paeria adjudicó en marzo de 2018 estas obras a la unión temporal de empresas formada por Benito Arnó, ACSA-Sorigué y Romero Polo. El hallazgo en 2019 en el subterráneo del edificio de restos de antiguas adoberías del siglo XIII retrasó y obligó a replantear todo el proyecto.
Las obras tienen un presupuesto de más de 4 millones de euros y cuentan con subvenciones de Generalitat, Diputación, Estado y la Unión Europea.