PATRIMONIO EXPOSICIÓN
'Cierra' la polémica muestra de Farrera, con denuncia incluida
Los artistas recuperan sus obras y el obispado los demanda por “amenazas”
La polémica exposición de arte urbano en la iglesia de Sant Roc de Farrera, en el Pallars Sobirà, acabó ayer entre críticas de los organizadores y demanda policial del obispado de Urgell. De hecho, algunos vecinos habían advertido de que se quedarían en el interior del templo y estaba previsto que una patrulla de los Mossos acudiera a la localidad por la tarde. A la hora del cierre de esta edición, el diario no pudo confirmar si finalmente se había producido el encierro o si se había cerrado la puerta de la iglesia, que desde el mediodía ya había quedado vacía de las obras de arte de la exposición Tradicions i Contradiccions, inaugurada el pasado 29 de marzo y que exhibía diversas obras, instalaciones y fotografías (algunas de desnudos) al lado de las tallas religiosas.
Los organizadores de la exposición explicaron por la mañana que una decena de vecinos del pueblo les apoyaron cuando sacaron las obras de la iglesia y que “una veintena de los 25 vecinos han firmado una carta conjunta en apoyo al proyecto y reclamando la devolución de la llave del templo”, que enviarán al obispado de La Seu. Lamentaron que la diócesis no enviara a nadie “con capacidad negociadora” y afirmaron que seguirán denunciando en el próximos meses la “censura” de la Iglesia a esta muestra. También aseguraron que algunos asistentes expresaron la voluntad de que este espacio, que solo abre al culto una vez al año, en la Festa Major de Farrera en agosto, pueda ser usado por los vecinos como sala de actividades culturales.Por su parte, el obispado de Urgell publicó por la tarde un comunicado recordando que “se cerró el templo de común acuerdo con el alcalde” y asegurando que los voluntarios que acudieron a abrir la iglesia se encontraron que “estas personas los han amenazado con ocupar el templo y también con causar daños en la puerta de acceso”.
La nota siguió “lamentando las amenazas, coacciones y el espectáculo que se quiere crear ante los medios de comunicación, buscando dar eco a una actividad delictiva. No se trata de censura, ni de víctimas, sinó de unos particulares que quieren apropiarse indebidamente de un edificio que no es suyo”. Y concluyó que “el obispado se ha visto obligado a denunciar los hechos ante los Mossos d’Esquadra y se reserva las acciones legales que se tercien”.