MÚSICA ENTREVISTA
«Me encanta Lleida, pero casi nunca me han llamado para ir a tocar»
Amante de sonidos rockeros clásicos (Bowie, Dylan, Rolling Stones, Tom Petty, Neil Young...), Rubén Pozo es bien conocido por haber sido, junto a Leiva, la mitad del dúo Pereza, aunque algunos también lo recuerden por su pasado en el seminal combo madrileño Buenas Noches Rose.
Lo aprendido durante todos estos años y experiencias, le sirve para mostrar con especial sensibilidad y muy delicado tacto un puñado de canciones cotidianas y reflexivas, composiciones infectadas de acordes mágicos que arañan sin piedad con garras de terciopelo. Pura emoción en cada uno de sus temas, desnuda sinceridad en cada una de sus estrofas. Mañana y el viernes podremos verle y escucharle en Lleida, en Can Ramon a las 21.00 horas (18€).
«Conecto con la gente atraída por la fuerza de gravedad de mis canciones»
Entrevista.
El gran público desconoce que usted es catalán de nacimiento.
Sí, sí, nací en Barcelona en 1975. Por parte de mi madre todos son barceloneses. Por parte de mi padre, todos son de Madrid. Cuando tenía solo un año, ya se habían marchado mis padres a vivir a Madrid, donde crecí y donde sigo viviendo.
Aunque ya hace bastante tiempo de la disolución de Pereza y el inicio de su andadura personal como cantautor eléctrico, querría que explicase ¿cómo se lleva a cabo una descompresión semejante, bajando de la cresta de la ola al suelo de los mortales..., y sin morir en el intento?
Al final es una cuestión de sentirte músico. Agradeces cada noche de concierto con un público que ha conectado con tus canciones. Ya sean 35, 80, 300 o 1.000 personas.
Este es mi oficio: escribo canciones, las grabo, las publico y salgo por las salas a interpretarlas en directo. Me da de comer, me da una misión en la vida y adoro hacerlo. Cuando pienso en ello profundamente me doy cuenta de que soy un privilegiado. Un suertudo.
Ha publicado hasta la fecha Lo que más (2012), En marcha (2015), Habrá que vivir (2017), Mesa para dos (2020) con Lichis, y Vampiro (2022), es decir cinco álbumes en una década. ¿Ha evolucionado? ¿Madurado como artista?
Estoy orgulloso de cada uno de mis discos. En cada uno de ellos eché toda la carne en el asador. Fui valiente y los dioses me recompensaron con algunas canciones buenas de verdad. No sé si he madurado o no. Lo que sí sé es que sigo conectando con un público que se ha sentido atraído por la fuerza de gravedad de mis canciones. Es lo único que me importa. A veces soy más maduro y otras veces un inmaduro incorregible. Así es la vida. Así son las canciones. Así somos.
¿Considera Vampiro su mejor álbum hasta la fecha?
Vampiro me gusta un montón. Es verdad que lo último que sacas es lo que más te gusta. Lo tienes menos sobado y estás deseando que lo escuche todo el mundo. El resultado final de Vampiro superó mis expectativas. Por mi parte, misión cumplida. En cualquier caso, ya estoy maquinando cosas nuevas para el futuro.
Ruben Pozo - Vampiro
En sus actuaciones en vivo, parece que se encuentra cómodo moviéndose solo por estos escenarios de Dios. ¿Se ha planteado plasmar esta experiencia discográficamente hablando?
Un álbum de voz y guitarra a pelo, a lo Bob Dylan de los comienzos, es una idea que me lleva rondando la cabeza desde que empecé a hacer este tipo de formato tan básico. La mayoría de mis canciones se aguantan perfectamente así, desnudas de artificio.
Se queda lo esencial: una melodía, unos acordes y una historia contada y cantada. Desde hace siglos a eso se le llama canción. La verdad es que, si me pongo a hilar fino, me siento más ‘cancionista’ que ‘músico’.
Por Lleida no se ha prodigado demasiado. ¿No le gustan los caragols a la llauna?
Ja, ja, ja, ja, me encanta Lleida, pero por lo que sea casi no me han llamado para ir a tocar. Can Ramon me ha dado la oportunidad y me siento muy agradecido por ello. Soy todo ganas de aprovechar este regalo que se me está ofreciendo en Lleida. Voy con todo. Mi misión es que quieran que vuelva... muchas veces más.
Para acabar. ¿Qué nos preparará para sus actuaciones en Can Ramon?
Un tío a guitarra y voz tocando canciones que hablan de ti, de mí, de ayer, de hoy. No importa incluso si no has escuchado nada mío nunca hasta ahora. Eso déjamelo a mí. Prejuicios fuera, eso sí. He estado en varias bandas y en mil escenarios a lo largo de los años, pero este fin de semana todo ese camino me lleva a Can Ramon. Es lo único que importa.