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Farrera critica las 'mentiras' del obispado de Urgell

Defienden el uso cultural del templo de Sant Roc || Comunicado de un grupo de vecinos

Desmontaje de la exposición en Farrera el pasado martes.

Desmontaje de la exposición en Farrera el pasado martes.ADRIÀ CODINA

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La polémica exposición de arte urbano en la iglesia de Sant Roc de Farrera, en el Pallars Sobirà, clausurada antes de tiempo por el obispado de Urgell, sigue trayendo cola. Un grupo de personas identificadas como “vecinos por la recuperación de la gestión vecinal de Sant Roc” difundieron ayer un comunicado muy crítico con la actuación del obispado de la Seu, que acabó llevándose la llave de la iglesia, que desde hacía años se guardaba en el pueblo.

En el mencionado comunicado, califican la nota emitida el martes pasado por parte del obispado de “repleta de mentiras y difamaciones”, asegurando que “pretenden separar nuestra comunidad entre vecinos de verdad, que supuestamente se han quejado al obispo, y las personas que no nos merecemos el calificativo de vecinos porque damos la cara por|para los derechos vecinales adquiridos y defendemos pacíficamente y con determinación la diversidad de usos de la iglesia de Sant Roc”.

Los vecinos afirman que es ridículo amenazar con acciones legales a unos vecinos que mantenían el edificio

En este sentido, afirman que la diócesis “miente cuando denuncia amenazas y coacciones del grupo de personas que defendemos el uso cultural del templo de forma pacífica”. Asimismo, añaden que el obispado “miente, según el mismo alcalde, cuando afirmó que de común acuerdo con este decidió cerrar la iglesia”.

“Espectáculo” mediático

Hay que recordar que el martes pasado, después de abrir el templo y que los artistas recuperaran sus obras –que se exhibían al lado de las tallas religiosas–, el obispado publicó un comunicado afirmando que se encontró “estas personas amenazando de ocupar el templo y también causar daños en la puerta de acceso”.

La nota siguió lamentando las amenazas, coacciones y el espectáculo que se quiere crear ante los medios de comunicación, buscando dar resonancia a una actividad delictiva. No se trata de censura, ni de víctimas, sino de unos particulares que quieren apropiarse indebidamente de un edificio que no es suyo”.

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