EXPOSICIÓN GRÁFICA
Aventuras de guerra y exilio
El ilustrador leridano Òscar Sarramia dibuja la intrépida historia de un joven de Alcarràs entre 1936 y 1951 || La vida de película de su familiar Guillem Mas
Como sucedió en tantas familias, en la del leridano Òscar Sarramia no se habló nunca de la Guerra Civil. Hasta que hace unos pocos años, en plena comida de Navidad, el primo de su madre desveló una sorprendente historia del que fue su padre, Guillem Mas. Nacido en Alcarràs, en 1936 se alistó en la Columna Durruti y partió a la guerra.
Y durante los siguientes quince años vivió un periplo sorprendente entre combates, campos de concentración, fugas e incluso ‘marinero’ de contrabando en Casablanca a bordo del Caprice des Dieux. El ilustrador Òscar Sarramia supo de inmediato que aquella historia de un familiar suyo merecía ser conocida. El resultado se ha traducido en una exposición con una cuarentena de dibujos, algunos de gran formato, que puede visitarse en el Centre Cívic Urgell de Barcelona hasta el 20 de julio.
“La idea es que próximamente también pueda exponer las ilustraciones en Lleida”, explicó ayer a SEGRE sobre un proyecto para el que “ya me han llamado algunas editoriales para convertirlo en una novela gráfica”. Guillem Mas era el hermano de una abuela de Sarramia. “Regresó a Alcarràs en 1951 luciendo un elegantísimo traje blanco, como los actores de la época.
La gente pensaba que volvía rico de América”, comentó el dibujante leridano. Nada más lejos de la realidad. En su exilio tras la Guerra Civil pasó por el campo de concentración de Argelès, huyó a Marsella para embarcarse a Argentina, pero se equivocó de navío y acabó en Argelia, donde volvieron a encarcelarle.
Trasladado hacia Marruecos a bordo del tren transahariano, Mas escapó de nuevo y acabó en la Casablanca del gobierno francés de Vichy, colaboracionista con los nazis. “En aquella primera mitad de la década de los años 40, vivió en la Casablanca que inspiró la famosa película de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman”, destacó Sarramia. Y como no podía ser de otra manera –igual como se refleja en este mítico film–, Mas sobrevivió con el ‘oficio’ de la época, el contrabando.
Llegó a comprar un barco de pesca, el Caprice des Dieux que da nombre a la exposición, con el que navegó incluso hasta Córcega. “No sabemos qué ocurrió, pero fue capturado como polizón en un barco que iba a América, e incluso sentenciado a muerte, pero volvió a escaparse”, comentó Sarramia. La historia oficial es que consiguió un visado en Tánger para volver a Barcelona y de ahí a su Alcarràs natal en 1951, donde montó una ferretería, que sus descendientes mantienen activa.
Guillem Mas falleció hace poco más de veinte años, pero Sarramia ha immortalizado ahora sus aventuras de guerra y exilio, de las que “podría hacerse una película”.