ARTE EXPOSICIÓN
Fotografías con mucha química
Antonio Galeote expone en la sala del Sunka imágenes de cepas tratadas con herbicidas || El proyecto Oliverart de La Granadella premió esta serie
Antonio Galeote se consideraba más retratista que fotógrafo, pero el confinamiento cambió su manera de ver el mundo. “Cuando nos dejaron salir fue como si redescubriera la naturaleza”, explica. Y estando más atento al paisaje se tropezó literalmente con unas cepas muy sorprendentes.
“Paseaba por el camino del río de Ivars de Noguera y vi unos colores increíbles. Resultaba muy enigmático”. Galeote documentó las cepas y después dejó volar su imaginación con primeros planos en los que la corteza parecía convertirse en una pintura abstracta.
“Ahora sé que habían talado los árboles por una cuestión de seguridad vial y que los verdes y azules tan llamativos eran herbicidas que se aplican para que no rebroten a los que añadieron un colorante identificador del tratamiento aplicado”. Y de ahí el título de la exposición que puede verse hasta finales de mes en la sala Sunka de Lleida, La química de l’art. El hallazgo fue casual, pero la mirada fotográfica de Galeote, no.
Dice que dejó “hivernar” las imágenes en “la memoria digital” hasta que fueron seleccionadas en la quinta edición del proyecto Oliverart 2022 del Centre de la Cultura de l’Oli de Catalunya, en La Granadella convertidas en una serie “que muestra la resiliencia de la naturaleza”, que “a pesar de la mano del hombre, que interviene con una determinada voluntad, siempre sigue su curso”. Así, aunque el herbicida evita que los árboles vuelvan a brotar, “con el tiempo aparecerá otra forma de vida vegetal sobre las cepas”.La exposición, que se lee de izquierda a derecha, como si fuera un texto, se inicia con dos imágenes que muestran cepas que no han sido tratadas con ningún producto químico. A continuación, pueden verse doce fotografías en las que el autor se recrea en las formas y colores de las marcas del herbicida, que sugieren texturas de pinturas abstractas.
Finalmente, Galeote cierra la serie con el juego geométrico de la nueva vida vegetal que ha crecido sobre la corteza de los árboles talados y tratados químicamente. El color se ha desvanecido, pero no el misterio. Todas las imágenes se tomaron sin flash “y, aunque lo parezca, apenas están tratadas digitalmente, son los colores reales”, asegura.La muestra La química de l’art, que podrá verse en la sala de exposiciones del supermercado Sunka hasta el 30 de junio, viajará en enero al Castell del Remei.