CULTURA
Àngel Jové, 'Outsider' artístico irrepetible
El mundo cultural leridano, de luto tras la muerte a los 83 años de Àngel Jové, “artista difícil de etiquetar y siempre a contracorriente”
Destacan la personalidad y trayectoria singular de un creador que marcó época en Lleida
Singular, irrepetible, inclasificable, hermético, siempre a contracorriente…, el último personaje de una generación que marcó la época artística del último tercio del siglo XX en Lleida. Así trataron ayer de ‘etiquetar’ a Àngel Jové (una tarea nada fácil) diversos representantes del mundo cultural leridano, que lloraron la muerte del artista leridano, a los 83 años, el pasado miércoles en su Girona de adopción después de sufrir un ictus el domingo. Una de las personas más allegadas a Jové recordaba que “nos conocíamos desde hace cuarenta años”. El galerista y marchante de arte Sebastià Petit aún no podía creerse el fatal desenlace. “La semana pasada estuve comiendo con él y su pareja, Pepa, en Girona y hablamos de proyectos expositivos”, explicó Petit a SEGRE. “Siempre me decía que él quería morir de esta manera: irse a dormir y ya no levantarse”, remarcó el galerista y amigo personal de Jové. “Fue un artista clave de la última parte del siglo XX y de este XXI, última figura de una generación sin continuidad; con él se acaba la memoria artística de esta época”, añadió.
El crítico de arte Josep Miquel Garcia fue otro leridano con el que Jové mantuvo una estrecha relación, ya desde la época en que Garcia estuvo al frente del Centre d’Arts Santa Mònica en Barcelona. “Me ha sorprendido y dolido enormemente la noticia; después de Coma Estadella, Leandre Cristòfol, Jaume Magre..., se ha cerrado un círculo irrepetible, leridanos pero universales, y sin relevo”, afirmó el crítico de arte. “Lo más sorprendente de su trayectoria artística es que, a pesar de ser una figura en el ámbito catalán y estatal del tránsito del informalismo al arte conceptual, nunca quiso sacar provecho de esta circunstancia”, comentó. De hecho, Garcia añadió “que incluso estaba satisfecho de no formar parte de la línea ‘oficial’ del Macba, tenía un carácter eremita”.
En este sentido, su obra “tenía tantas adhesiones como reacciones contrarias”, pero aseguró que “los coleccionistas de sus obras eran la élite de Barcelona, que le mantenían fidelidad a pesar de que no formara parte de los discursos museísticos”. También lamentaba ayer “la gran pérdida para el mundo cultural y para Lleida” el que fuera director de la Escola Municipal de Belles Arts de Lleida y concejal de Cultura de la Paeria Antoni Llevot. “Su muerte ha sido un disgusto muy grande”, confesó Llevot, que reconoció que “el artista ya llevaba un tiempo ‘tocado’, sin salir prácticamente de casa y sin ganas de ver a nadie”. “Su arte fue más importante de lo que llegó a alcanzar a nivel social, a la altura de los grandes, con un talento extraordinario, pero no se preocupaba en absoluto de ser mediático, no le interesaba figurar”, señaló Llevot.
En cambio, el Museu Morera de Lleida sí reserva un espacio destacado para su obra. Y más después de que el año pasado recibiera desde la Col·lecció Nacional d’Art de Catalunya un conjunto de unas 150 fotos Polaroid del proyecto Lo País de Maialussa, el “viaje iniciático que emprendió en 1989 por parajes de la Franja junto con Carles Hac Mor y Benet Rossell”, comentó el director de la pinacoteca leridana, Jesús Navarro. “Ha sido el último de una gran generación de creadores que marcaron una época en Lleida en el siglo XX”, sentenció Navarro, que destacó la “potencia de su creatividad” ya desde los años de la Petite Galerie de Jaume Magre a finales de los 60 y principios de los 70. “De su carácter reservado, siempre a contracorriente, que no buscaba fama ni trascendencia, surgió un trabajo difícil de etiquetar, era como un outsider del arte contemporáneo catalán”, concluyó.