Tatxo Benet estrena un museo único

La escultura de la austríaca Ines Doujak del rey emérito sodomizado, la instalación del madrileño Eugenio Merino con una figura de Franco encerrada en una nevera del refresco más popular del mundo; o la pieza del escultor checo David Cerny que muestra a Saddam Hussein sumergido en formol son solo tres de las 42 obras que expone el nuevo Museu de l’Art Prohibit, promovido por el empresario y mecenas leridano Tatxo Benet y que abrirá sus puertas al público mañana en la casa Garriga Nogués de Barcelona, en la calle Diputació, entre rambla Catalunya y Balmes. La colección del museo reúne más de 200 obras censuradas, de artistas también como Picasso, Ai Wei Wei, Warhol, Klimt o Banksy. “Para estar aquí, una obra debe de tener una historia detrás que la haya vinculado a la censura y la prohibición”, destacó ayer Benet sobre una colección “única en el mundo” de pinturas, esculturas, grabados, fotografías, instalaciones y audiovisuales que forman una muestra amplia de casos que a menudo han trascendido a los medios y a las redes sociales por su censura, prohibición o denuncia por motivos políticos, sociales o religiosos. Un fondo de arte que Benet comenzó tras adquirir en la feria Arco 2018 la serie fotográfica Presos políticos en la España contemporánea, y que el año siguiente depositó en el Museu de Lleida “hasta que presos y exiliados vuelvan a su vida cotidiana”. Algunas de estas obras las exhibió en primicia en la Panera de Lleida hace 3 años. En la inauguración, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, subrayó el sentido de este museo en “una ciudad y un país que han sido baluartes de la libertad de expresión, creativa y cultural”.