Poesía para los ausentes en Alpicat

El cementerio de Alpicat acogió ayer un recital de poesía para los ausentes y que estuvo centrado en los versos de Josep Vallverdú, que este año celebra su centenario. El acto contó con la presencia de Laura Borràs, presidenta de Junts, que puso voz a los poemas de Vallverdú junto con los rapsodas de Veus en Vers. Borràs destacó que es “un lujo” poder celebrar el centenario del escritor con este en vida. El grupo Far de Ponent puso música al acto.

El cementerio de Alpicat tiene historia. No data de finales del siglo XIX como la mayoría de camposantos, sino que es más reciente. Se inauguró durante la fiesta mayor de 1939 porque en el antiguo ya no cabía literalmente ni un alma más. Durante los nueve meses en los que el río Segre marcó el frente de guerra, Lleida se quedó sin cementerio, ya que está situado en la margen izquierda. A todos los muertos en la capital del Segrià entre el 1 de abril de 1938, cuando los franquistas entraron en Lleida, hasta abril de 1939, cuando acabó la guerra, se les dio sepultura en el cementerio de Alpicat, como recoge Fabià Corretgé en el libro Morts a la Guerra Civil al cementiri d’Alpicat (Pagès Editors). En 1936 Alpicat tenía solo 1.669 habitantes y las estadísticas dicen que morían una quincena de personas cada año. De abril de 1938 a abril de 1939, sin embargo, se enterraron 418 difuntos. El cementerio, que estaba ubicado en lo que ahora es una zona residencial cercana a la guardería, colapsó.