La OMS alerta de que alrededor del 45% de las muertes de menores de 5 años tienen que ver con la desnutrición
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que alrededor del 45 por ciento de las muertes de menores de 5 años tienen que ver con la desnutrición, en su mayoría, registradas en los países de ingresos bajos y medianos.
Para el desarrollo y crecimiento adecuado, el organismo necesita micronutrientes para producir enzimas, hormonas y otras sustancias esenciales. La organización señala que la ingesta inadecuada de vitaminas y minerales, así como la carencia del yodo, la vitamina A y el hierro, suponen una importante amenaza para la salud y el desarrollo de las poblaciones de todo el mundo, en particular para los niños y las embarazadas de los países de ingresos bajos.
En esta línea, la OMS señala cuatro tipos principales de desnutrición: emaciación (un peso insuficiente respecto a la talla); retraso del crecimiento (una talla insuficiente respecto a la edad); insuficiencia ponderal (un peso insuficiente para la edad); y carencias de vitaminas y minerales. Por causa de la desnutrición, los niños, en particular, son mucho más vulnerables ante la enfermedad y la muerte.
Asimismo, los datos de la organización señalan que un total de 52 millones de niños menores de 5 años presentan emaciación; 17 millones padecen emaciación grave; 155 millones sufren retraso del crecimiento y 41 millones tienen sobrepeso o son obesos.
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación, como las cardiopatías, diabetes y algunos cánceres, integran otra de las afecciones relacionadas con las carencias, los excesos y los desequilibrios de la ingesta calórica y de nutrientes. Dentro de este grupo, destaca también la malnutrición ligada a los excesos o carencias de micronutrientes.
El sobrepeso y la obesidad pueden ser consecuencia de un desequilibrio entre las calorías consumidas (demasiadas) y las calorías gastadas (insuficientes), mientras que las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación abarcan las enfermedades cardiovasculares (como el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, a menudo asociados a la hipertensión arterial) algunos cánceres, y la diabetes.
Por su parte, la OMS aspira a que desaparezcan del mundo todas las formas de malnutrición, y a que todas las poblaciones gocen de salud y bienestar. Según la estrategia de nutrición 2016-2025, la OMS colabora con los Estados Miembros y los asociados para lograr el acceso universal a intervenciones nutricionales eficaces y a dietas saludables, con sistemas alimentarios sostenibles y resilientes.