POLÍTICA CULTURAL ENTREVISTA
«El Museu de Lleida es un reto profesional para crecer»
La historiadora y museóloga barcelonesa, que vivía en La Seu desde hacía más de dos décadas, donde fue responsable de patrimonio del obispado de Urgell, se estrena al frente de la pinacoteca leridana
El patronato del Museu de Lleida designó a finales de diciembre a la historiadora y museóloga Clara Arbués (Barcelona, 1972) como nueva directora de la pinacoteca, tomando el relevo de Josep Giralt, que se jubiló en noviembre tras 8 años y 8 meses al frente de la institución. La hasta entonces delegada diocesana de patrimonio del obispado de Urgell –afincada en el Alt Urgell desde hacía más de dos décadas– ha tomado posesión este mes de febrero de su nuevo cargo en el Museu de Lleida y se presentó el pasado jueves ante los medios de comunicación.
¿Qué le impulsó a presentarse para dirigir el Museu de Lleida?
Siempre he sido un ‘culo inquieto’ profesional, cambiando de trabajo cada cuatro años. Bueno..., ¡la verdad es que en el obispado de Urgell he estado 13! Creo que para crecer profesionalmente tenemos que cambiar, romper con las situaciones de confort y buscar nuevos retos. Ahora abro una nueva ventana profesional.
¿Echará en falta el Pirineo?
No, no..., creo que después de tanto tiempo profesionalmente había llegado a un cierto estancamiento. Ya he dicho que me gustan los cambios. Creo que esta era la salida más natural: ¡del Pirineo a Lleida, Segre abajo! Venía de hacer muchos kilómetros por todo el patrimonio del obispado de Urgell. Ahora no tendré una vida más fácil o tranquila, sino diferente.
Llega a un museo que supera los 2 millones de euros de presupuesto. ¿Asusta?
Este es el reto. Vengo de trabajar sin presupuesto en un territorio rural, periférico y sin un equipo profesional. En el Museu de Lleida me encuentro con un gran equipo capacitado, de calidad, y con un gran presupuesto para gestionar. Pasaré de una liga regional a la 1ª división. ¡Me pregunto si sabré trabajar con un equipo y con dinero!
Pero cargada de ilusión.
Sí, contenta, encantada, impresionada, un reto que nunca me hibiera imaginado: estar en uno de los principales museos de Catalunya. Mi objetivo será situarlo en las líneas museográficas del siglo XXI, preparar un amplio y ambicioso programa de actividades, implicado y consensuado con el territorio.
¿Modernizarlo?
El discurso museográfico está ancorado en la historia del arte. Me gustaría contemplar también la contemporaneidad, con nuevos perfiles y miradas, por ejemplo, al patrimonio inmaterial: paisaje, urbanismo, culturas del mundo.. Hay mucho camino por recorrer.
También habla de un ‘espacio igualitario’.
Ahora se habla mucho también de la descolonización de los museos para tratar de no esconder realidades históricas. Por eso, me gustaría que se viera más reflejado el papel real de la mujer en una historia del arte que ha sido masculina. Por ejemplo, en el ámbito arqueológico, recientes estudios desmienten aquello de que en las sociedades cazadoras-recolectoras las mujeres solo cocinaban y cuidaban de los niños. También habría que contextualizar mejor el papel de la mujer en el mundo medieval.
Apuesta por un museo más accesible.
Sí, un espacio abierto a toda la comunidad y a todos los colectivos y tipos de público, desde personas con discapacidad física hasta proyectos en torno a la salud mental o trabajo con niños y jóvenes con trastorno del espectro autista. Por ejemplo, algo tan sencillo como que las puertas de entrada se abran de forma automática facilita el acceso en silla de ruedas.
Se encuentra con el litigio del arte con Aragón muy ‘desactivado’.
Sé que ha sido una cuestión esencial en los últimos años, pero esta nueva fase debemos plantearla al margen de este conflicto judicial, en la que deben ser los patronos del museo los que marquen las líneas a seguir. Pero claro, es imprescindible que sigamos defendiendo la unidad de la colección de arte.