Autores, libreros y editores, satisfechos con la 'diada'

Cansados, satisfechos y, sobre todo, muy abrigados. Autores, libreros y editores culminaron ayer en Lleida un nuevo Sant Jordi, esta vez en jornada laborable y durante toda la tarde con la mirada puesta también hacia el cielo, con ocasionales lloviznas y un viento gélido impropio de la primavera. Después de la excepcional diada dominical del año pasado, en esta ocasión se cumplieron las expectativas, también con momentos del día repletos de público. La librera y editora Mertxe París, vicepresidenta del Gremi de Llibreters de Catalunya, aseguraba por la tarde que “causa satisfacción ver a tanta gente en las paradas de libros”. Uno de los libreros más veteranos de la ciudad, Jordi Caselles, también apostó por la diada laborable más festiva.

Los autores de Ponent se fueron turnando de parada en parada para firmar ejemplares de sus respectivas novedades, desde veteranos ya en estas lides como Montse Sanjuan (La nosa), bien abrigada contra el frío; Juan Cal (Els millors anys) –“las historias de Lleida siempre gustan”–; Pau Juvillà (El vertigen interior) o Antoni Gelonch (Els lleidatans del Barça) –“el culer siempre tiene que estar con el Barça, a pesar de lo que estamos pasando”–; hasta escritores que debutaban, como la leridana Maria Gateu (Malva) o el autor de la Cerdanya Santi Sirvent (Ningú no et recordarà), que coincidieron en destacar que “la gente se acerca para mostrar su interés por nuestros títulos”. Otro de los autores del día, Alfons López, que firma Lleida. Narracions mínimes con Jaume Barrull, coincidió en remarcar que “a la gente le gustan los libros sobre Lleida”.