LLEIDA
Aragón mantendrá las obras de Sigena extraídas del Museu de Lleida ocultas al público dos años y medio
El Gobierno de Aragón va a mantener apartadas del público durante un mínimo de dos años y medio las obras de arte extraídas bajo custodia policial del Museu de Lleida para trasladarlas al monasterio monegrino. La consejería de Cultura ha confirmado que la exposición, cerrada a primeros de agosto de 2022, no reabrirá antes de 2025.
Treinta meses de reclusión: esa es la pena que van a purgar las 44 obras de arte de Sigena que a finales de 2017 viajaron del Museu de Lleida al monasterio de Villanueva de Sigena bajo un intempestivo y descomunal dispositivo policial y en pleno periodo de aplicación del 155.
La sala de exposición en la que se encuentran esas piezas fue cerrada al público a comienzos de agosto de 2022 para, en principio, efectuar en ellas unas obras de acondicionamiento que iba a mejorar su exposición. Sin embargo, lo que iba a ser un cierre temporal se ha ido alargando de tal manera que la “fecha más aproximada” que el Gobierno de Aragón maneja para su apertura es la de 2025, según confirmaron fuentes de la consejería de Presidencia, Interior y Cultura.
De cumplirse esas previsiones, las obras habrán permanecido apartadas del público durante un mínimo de dos años y medio: cinco meses en 2022, los 24 de 2023 y 2024 y, como poco, enero de 2025. Siempre que se cumplan los planes anunciados, que hasta hace poco apuntaban a una apertura antes de que acabe este año.Para entonces, en cualquier caso, habrán cambiado en el cenobio cisterciense de Villanueva de Sigena algunas cosas que inciden de manera directa en la gestión de la exposición de los bienes sacados de Lleida.
En Sigena ya no hay monjas, puesto que las últimas religiosas de la Comunidad de Belén lo abandonaron a mediados de 2020 por, precisamente, haber desaparecido con la exposición las condiciones de recogimiento y retiro que pretendían disfrutar en el cenobio.
Los datos facilitados por el Gobierno de Aragón indican que las visitas crecieron de manera notable con la llegada de los bienes de Sigena, ya que las 4.237 registradas entre febrero y diciembre de 2017 (423 al mes) se duplicaron con creces para llegar a 10.474 (872) en el primer año de estancia de los bienes.
No obstante, ese interés decayó con rapidez, ya que las visitas se redujeron más de un tercio en 2019 (6.853 anuales, 571 mensuales) antes de desplomarse a solo 689 (275) en los primeros dos meses y medio de 2020, los previos a la pandemia y sus confinamientos. Con la reapertura de los museos con limitaciones de aforo la afluencia se situó en 481 entradas por es en la segunda mitad de 2021 y en 402 en la primer de 2022. En principio, eran las religiosas quienes atendían a los visitantes, por lo que su ausencia obliga al Gobierno de Aragón a contratar personal que se encargue de esa tarea.
Proyectan cinco aerogeneradores junto al monasterio
El paisaje en el que se halla el monasterio va a sufrir, salvo sorpresa, una notoria modificación en los próximos meses, ya que la empresa Forestalia está tramitando los permisos para instalar cinco aerogeneradores de hasta 200 metros de altura a una distancia de entre uno y dos kilómetros del cenobio, que fue declarado monumento nacional en 1923. El impacto visual de su instalación sobre ese paisaje parece fuera de duda, tal y como pronostican las recreaciones que ha difundido la plataforma Sijena Sí. No obstante, la campaña de recogida de firmas contra ese proyecto está teniendo una acogida más bien escasa, ya que únicamente ha reunido 370 apoyos desde el 19 de abril.
El arte de la Franja no logra impulsar el Museo de Barbastro
El Museo Diocesano de Barbastro no logra alcanzar el número de visitantes previo a la pandemia pese a la llegada de los bienes de la Franja. La instalación, abierta en 2010 con el objetivo de acoger las obras en litigio, que tardarían más de una década en comenzar a llegarle, alcanzó en 2019 su mejor registro histórico con 17.285 entradas en un año.
El número de entradas cayó a 5.656 en 2020, el año de la pandemia, y se quedó en 8.590 en 2021, cuando todavía existían restricciones de aforo por la covid. Ese año, el obispado de Lleida envió al de Barbastro-Monzón en cuatro remesas entre febrero y marzo un total de 111 obras procedentes de las parroquias de la Franja, de las que a finales de año pasaron a exponerse 66, 49 en la colección permanente y 17 en la sala temporal. Sin embargo, ni en 2022 ni en 2023 llegó el espacio museístico a superar las 15.000 visitas.