Castell del Remei acoge la primera exposición de Joan Miró en las tierras de Lleida
La Fundación Castell del Remei organiza la primera exposición del pintor Joan Miró que se exhibe en Lleida. Durante los meses de julio, agosto y septiembre, bajo el nombre de Joan Miró, poesía y obra gráfica, reúne 44 obras de obra gráfica realizada por el artista Joan Miró (1893-1983) que el coleccionista José Luís Escuer pone en venta.
A la exposición del Castell del Remei se encuentran dibujos, litografías, grabados, xilografías y otros formatos, mucho de ellos firmados a mano por el artista catalán universal. La mayoría de las obras están relacionadas con diferentes poetas como por ejemplo Rafael Alberti, Shuzo Takiguchi, Joan Brossa, Alexander Cirici, Joan Eduardo Cirlot, J.V. Foix, Sebastià Gasch, Rafael Santos Torroella, Paul Éluard, etc...
La exposición cuenta con siete obras de la serie Variaciones acrósticas en el jardín de Joan Miró, que forma parte de un proyecto conjunto con el poeta Rafael Alberti; una litografía - -Mano de proverbios- sobre lienzo sintético en honor al poeta japonés Shuzo Takiguchi; y varias litografías de la revista Derrière le miroir -revista de la Galería Maeght de Paris que contenía litografías originales de diferentes artistas en ediciones de lujo.
Otra de las litografías es la relacionada con el libro Barcelona (1964) editado con motivo de las tres exposiciones que se llevaron a cabo simultáneamente en esta ciudad en la Sala Gaspar, René Metrás y Belarte. En este libro, las litografías de Joan Miró aparecen acompañadas de textos de Joan Brossa, Alexander Cirici, Joan Eduardo Cirlot, J.V. Foix, Sebastià Gasch o Rafael Santos Torroella.
También se expone un grabado de la serie Cop de poma, editado a partir de una suite del libro de Joan Brossa, y la litografía À toute épreuve en que colaboraron Joan Miró, el poeta Paul Éluard y el editor Gérald Cramer para la creación en 1958 del libro À toute épreuve. También se puede observar un grabado de la serie Lapidari. Con este nombre, el artista reunió doce aguafuertes y acuatintas. Una vez creados estos grabados, junto con el escritor Pere Gimferrer preparó la edición como libro de artista con una recopilación de once textos anónimos catalanes del siglo XV que el escritor seleccionó y prologó.
Los escritos hacen referencia a varias piedras que, por sus propiedades, participaron, todo a lo largo de la edad media, de los secretos de la alquimia en un caso de colaboración literaria posterior a la ejecución del trabajo gráfico. Completan la exposición, tres litografías de la serie Sculptures que Joan Miró dedicó en 1974 en siete países que estaban sufriendo un importante cambio político, y varias litografías de El Tapís de Tarragona (1972), proyecto que surge del agradecimiento de Joan Miró al doctor Rafael Orozco, que atendió a su hija María Dolores la nochevieja de 1966 cuando fue atropellada por un tren en el paso a nivel de Mont-roig del Camp.
Todavía que el más destacado de la muestra sean dos dibujos hechos con ceras y firmados en lápiz, sobre dos litografías, una de Derrière le miroir y otra de la serie A Joan Prats, diez litografías firmadas a mano y cuatro más firmadas con monograma (M) “avant la lettre”, en más de varias curiosidades como pruebas litográficas descartadas o defectuosas, y dos invitaciones litográficas de las inauguraciones de las exposiciones a la Galería Joan Prats y a la sala Gaspar (Barcelona), dos pochoirs, entre otras obras.
La obra gráfica de Miró no se tiene que considerar un complemento de su tarea plástica. Se trata de una de las múltiples facetas cultivadas por el artista a las cuales imprime el sello. El interés de Miró por esta forma de plasmación del arte tiene, como él mismo dijo, dos razones fundamentales: por una parte, la posibilidad de hacer varios ejemplares de una obra de manera que puedan acceder una cantidad mayor de público; y de la otra, permitir la obtención de una serie de efectos plásticos en cuanto a formas, materiales y texturas muy diferentes de los alcanzados mediante la pintura, con lo cual consigue resultados nuevos.
Miró ilustró más de 260 libros y se prestó a participar en la creación de un buen número de carteles para exposiciones, películas, organizaciones sociales y culturales... En la obra de Miró descubrimos abundantes referencias poéticas fruto de su pasión por la poesía y la literatura: Flama a l'espai i dona nua, El diamant somriu al crepuscle. La introducción de Joan Miró al mundo de la literatura se produce de la mano de André Masson que, a partir del año 1925, lo presentó a un buen número de poetas y escritores. El mismo pintor declaró que los escritores le interesaban mucho más que los artistas plásticos. Joan Miró, además de pintor era un gran lector. Los títulos de sus obras a menudo incluyen referencias poéticas:. También interviene con ilustración de varios escritos pertenecientes a sus amigos surrealistas como Breton, Éluard, Leiris, y Tzara. El pintor manifiesta: “No hago ninguna distinción entre pintura y poesía”.