CULTURA
Periodistas de Ponent de TV y radio que trabajan en Barcelona dan su visión sobre cómo se ve Lleida desde la distancia
En el marco del cuarto debate del Sant Miquel de les Lletres
El territorio, la palabra de moda para hablar de fuera de Barcelona y su área metropolitana, fue ayer una de las dianas inevitables sobre las que pivotó el cuarto debate ya del Sant Miquel de les Lletres, el certamen literario que arrancó el lunes en la sala Alfred Perenya de la concejalía de Cultura de Lleida y que culminará mañana y el domingo sacando los libros a la calle, con paradas en la plaza de la Catedral y actividades también en el patio del Institut d’Estudis Ilerdencs.
En esta ocasión, los protagonistas de la mesa redonda fueron periodistas de televisión y radio –la mayoría de Ponent– que trabajan en medios de comunicación con sede central en Barcelona. El director de Catalunya Ràdio, Jordi Borda, de Castellserà, compartió mesa con el periodista de TV3 Lluís Caelles, de Isona, y la periodista y escritora de La Xarxa de Comunicació Local Sònia Quer, de Maials, junto al reportero de TV3 y escritor Abraham Orriols, oriundo de Berga pero con una actividad profesional en la cadena catalana muy vinculada a Ponent. Un cóctel conducido por el periodista leridano Joan Tort, que abrió el fuego interrogando a los cuatro periodistas sobre cómo se ve Lleida y se trata a los leridanos desde la distancia de la capital catalana. Aunque con los años la visión ha mejorado, las opiniones no derrocharon demasiado optimismo. Borda lamentó que “buena parte de Catalunya cuando habla del Pirineo solo piensa en Andorra o la Val d’Aran”. Caelles también criticó la consideración para muchos del ‘territorio’ como “el patio trasero de Barcelona, con una sola función, la de lugar de ocio para el fin de semana”. Orriols elevó el tono cuando recordó las imágenes tópicas sobre Lleida, “los caracoles, la niebla...”, y aseguró que “muchos creen que se puede vivir ignorando a una parte del país tan indispensable como Ponent”. Por su parte, Quer no quiso echar mucha leña al fuego comentando que “sería un error generalizar”. En este sentido, por su experiencia profesional ‘dividió’ a la gente de Barcelona en tres categorías: “Los que nos conocen, nos valoran y se interesan por Lleida; los que no se sienten atraídos por Ponent, más por desconocimiento que por menosprecio; y el grupo de los que ni nos conocen, ni nos ven ni nos quieren ver”.
En el otro lado de la balanza, Borda también lanzó una crítica velada: “Estaría bien que nos hiciéramos valer más por nosotros mismos”. Caelles añadió al respecto que “con los años, en el ADN de los leridanos se nos ha incorporado este sentimiento de queja”. Y Orriols remató que “en la práctica resulta mucho más efectivo el entusiasmo que la queja continua”. Eso sí,los cuatro ponentes coincidieron en el déficit de infraestructuras que sufre la provincia, ya sea a nivel de comunicaciones viarias o digitales, que hace más difícil y menos atractivo vivir y trabajar en el Pla de Lleida o el Pirineo.En clave cultural, Quer apuntó la necesidad de que “Lleida figure en la agenda de los catalanes ante la cantidad y variedad de festivales o conciertos que se organizan a lo largo del año”. Orriols lamentó al respecto que “siempre en la televisión se acaban imponiendo los criterios de cantidad de espectadores, por eso los festivales de Lleida salen perdiendo ante los de Barcelona”. Borda afirmó que “creo que poco a poco se está abriendo la mirada desde el punto de vista de la agenda cultural del país, porque hay muchas más cosas que un festival en Cap Roig”.