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PATRIMONIO UNIVERSIDAD

El arquitecto leridano Melitó Camprubí doctorado 'cum laude' de fin de etapa

El arquitecto leridano Melitó Camprubí defiende con éxito una tesis, cinco años después de jubilarse. 
Con un estudio sobre la Comisión Provincial de Monumentos de Lleida entre 1844 y 1938

El arquitecto leridano Melitó Camprubí ha ‘aprovechado’ su jubilación para doctorarse en Arquitectura. - MAGDALENA ALTISENT

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Tras licenciarse en Arquitectura en 1978 y después de cuatro décadas de dedicación profesional, Melitó Camprubí se jubiló en 2019 y, desde entonces, afrontó un reto que ahora ha culminado: doctorarse en Teoría e Historia de la Arquitectura en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) a los 70 años. “¡Era un inconsciente que no sabía dónde me metía!”, confesó Camprubí a SEGRE, sumamente feliz tras recibir a finales de septiembre la comunicación de que su tesis doctoral había recibido la calificación de excelente cum laude

El arquitecto explicó que “mi idea al principio era explicar en un libro cómo se han desarrollado los cuidados sobre el patrimonio arquitectónico y monumental en Lleida a cargo de las diversas administraciones, después de que buena parte de mi trayectoria profesional estuviera relacionada con estas actividades dentro de la diputación de Lleida”. 

Sin embargo, en la UPC le recomendaron que optara por una tesis doctoral sobre la restauración monumental. Y miró hacia atrás para saber de dónde veníamos. “Encontré el libro de actas de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Lleida, entre 1844 y 1938, y me puse manos a la obra en un auténtico reto que ha durado los últimos cinco años de mi vida, los últimos tres de forma intensiva”, recordó el nuevo doctor en Arquitectura, que calificó este trabajo de más de 500 páginas como el “final de etapa, un acto de servicio en busca de los precedentes de todo aquello de lo que me he ocupado durante mi trayectoria profesional”.

Las comisiones provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos fueron los instrumentos creados en 1844 por la administración pública española para valorar y conservar el patrimonio arquitectónico como un bien común. En la tesis, Camprubí presenta un amplio repaso de la actividad de la comisión de Lleida –las dificultades de sus inicios, sobre todo por la escasez de recursos económicos y la lejanía de Madrid– y, de forma paralela, de los actores culturales al margen del ámbito oficial (Centre Excursionista de Lleida, Ateneu Lleidatà...) que impulsaron acciones en favor de un patrimonio que comenzó a considerarse un legado cultural.

La iglesia vieja de Sant Joan, el Hospital de Santa Maria y la Suda

A partir de las actas de la Comisión de Monumentos de Lleida –conservadas desde 1866 en el IEI–, Camprubí evidencia en su tesis la lenta formación de una sensibilidad patrimonial y también su inhibición o incapacidad de acción en casos concretos del territorio. “Por ejemplo, la iglesia vieja de la plaza Sant Joan de Lleida, románica, se acabó derribando en 1868 para ampliar la plaza, paradójicamente con el visto bueno de los propios miembros de la comisión”, comentó Camprubí. En su tesis ofrece otros casos singulares: el antiguo Hospital de Santa Maria, actual sede del IEI, también estuvo a punto de ser derribado para levantar un nuevo edificio, pero fue ‘salvado’ por la acción del catalanismo y el auxilio de la Mancomunitat. En cambio, no se llegó a tiempo con las bóvedas del castillo de la Suda, destruidas por los entonces ‘vecinos’ del edificio, los militares.

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