POLÍTICA LINGÜÍSTICA COLOQUIO
El retroceso en el uso social del catalán, a debate en Lleida
En la primera mesa redonda del ciclo de reflexión 'Diàlegs', en el Espai Orfeó
¿El catalán está en peligro? ¿Qué podemos hacer para evitar que se convierta en una lengua residual? ¿Qué papel deberían tener las administraciones, el mundo educativo y los medios de comunicación? Estas fueron algunas de las preguntas que abordaron ayer el escritor Sebastià Alzamora y la directora del Institut de Llengües de la UdL, Montse Casanovas, durante la primera de las tres mesas redondas del ciclo de divulgación Diàlegs, impulsado por el Orfeó Lleidatà, el Institut d’Estudis Catalans (IEC), el Grup SEGRE y la Universitat de Lleida (UdL). Un debate moderadora por la directora de SEGRE Anna Sàez en el que tanto Alzamora como Casanovas manifestaron su preocupación por el retroceso en el uso social del catalán. “Es cierto que estamos en una dinámica de retroceso, de pérdida de hablantes. Pero eso no significa que esta dinámica sea irreversible”, aseguraron estos dos expertos lingüistas, quienes apuntaron que “Catalunya ha vivido en los últimos años un importante cambio demográfico que ha conllevado que, por primera vez, los catalanoparlantes pasen a ser minoría”.
Para mejorar la salud del idioma, destacaron la importancia de la formación y del fomento del uso de la lengua en todos los ámbitos. “Hay estudios que nos dicen que más de 2 millones de personas recién llegadas quieren aprender o mejorar el catalán, aunque tienen dificultades para inscribirse a cursos. Ese es un problema básicos que se debe atajar. El catalán debe ser percibido por todos como una lengua de cohesión social”, reivindicaron.
La salud del idioma, “contradictoria y esperanzadora”
Previo al acto en el Espai Orfeó, el escritor y miembro del Institut d’Estudis Catalans Sebastià Alzamora (Llucmajor, 1972), visitó ayer la redacción de SEGRE. Se refirió a la salud del catalán como “accidentada, contradictoria y, pese a todo, esperanzadora”. Alzamora, que tras publicar El federal ya trabaja en su próximo libro, destacó como principales amenazas un retroceso del uso social de la lengua, que atribuyó a “las transformaciones de la sociedad”, y un problema de marco jurídico-político “ya que la Constitución consagra la desigualdad lingüística entre catalán y castellano”. Por otro lado, apuntó que “de vez en cuando está bien ponernos en lo peor, pero sin pecar de derrotistas”, ya que, en su opinión, la lengua posee dos fortalezas relevantes: en primer lugar, la transmisión lingüística entre generaciones, “que funciona bien”. En segundo lugar, mencionó “la gran cantidad de población recién llegada que manifiesta su deseo de aprender o mejorar su conocimiento del catalán”. En este sentido, Alzamora reprobó “las maniobras políticas que asocian la inmigración con el retroceso del idioma”. Para conseguir que el catalán “sea necesario en todas las situaciones cotidianas”, incidió en que “tenemos que hacerlo accesible” para toda la ciudadanía.