LLEIDA
Monumentos en peligro: siete bienes de Lleida, el la Lista Roja en riesgo de desaparición
La Lista Roja de Hispania Nostra es una herramienta para la promoción y sensibilización de bienes arquitectónicos en peligro de desaparición, ya pertenezcan al patrimonio cultural, religioso o militar. En las comarcas de Lleida son siete. La prolongada falta de inversión en su conservación ha provocado que, en muchos casos, los daños sean irreversibles.
Sant Cristòfol de Vinyoles es una pequeña iglesia de estilo románico que se encuentra en un paraje más bien alejado, en la sierra de Cava, municipio del Alt Urgell. Desde hace cuatro décadas está cerrada al culto y en 2010 se declaró Bien Cultural de Interés Local (BCIL), una categoría con el objetivo de proteger el patrimonio cultural.
Sin embargo, debido a su severo estado de degradación, esta particular capilla entró hace poco más de dos semanas en la Lista Roja de la asociación sin ánimo de lucro Hispania Nostra, una herramienta de participación social cuyo objetivo es promover, sensibilizar y actuar sobre los bienes patrimoniales del Estado en riesgo de desaparición. Según documenta la entidad en su página web, las enredaderas salvajes trepan por los muros del templo y llegan a invadir su interior, que sufre de humedades.
Por su parte, la alcaldesa de Cava, Gisela Sellés, apunta que la iglesia de Sant Cristòfol de Vinyoles conserva la cubierta y las paredes en un estado de conservación “óptimo”. El ayuntamiento no ha solicitado ayuda al obispado para rehabilitarla ni prevé, por ahora, hacerlo.
En la demarcación de Lleida, son siete los inmuebles patrimoniales –entre bienes religiosos, militares y culturales– recopilados en la Lista Roja por su gran deterioro. Sin embargo, el número total es mucho mayor, no solo en la provincia, sino en todo el territorio catalán y el resto del Estado. “Es un problema endémico”, asegura Albert Velasco, historiador del arte y profesor en la Universitat de Lleida. “Los monasterios suelen ser los que padecen más degradación”, afirma. Para entenderlo, “nos tenemos que remontar al año 1835”, explica, “cuando tuvo lugar una gran desamortización y los bienes de la Iglesia pasaron a manos de particulares”. Debido a la falta de cuidados y de voluntad de conservación, con los años, muchos de ellos han sufrido perjuicios irreparables.
Son muchos los bienes que sufren degradación, aparte de los de la Lista, sin la esperanza de ser reparados
El obispado de Lleida es propietario de cuatro de los siete bienes que aparecen en la Lista Roja. “Sin contribución pública no podemos tirar adelante las reparaciones que tenemos pendientes, nos superan presupuestariamente”, explica el director del departamento de Patrimoni Immobiliari del Bisbat, Luis Pérez, quien hizo hincapié en la dificultad para conseguir subvenciones de la Generalitat.
La iglesia de Almenar es uno de los casos más complicados, pues según el obispado, su actuación urgente “sigue pendiente desde hace años y es la más costosa: supera el millón de euros”, añade. Asimismo, Pérez destaca la iglesia de Santa Maria de Farfanya, cuyo estado es “significativamente malo, por lo que hace seis años, con el apoyo del ayuntamiento, solicitamos sin éxito una subvención del Ministerio de Cultura”, reconoce.
Moradilla, el Molí de Cervià y Sant Ruf esperan actuaciones
Una de las paredes de la torre del Tossal de Moradilla, en l’Horta de Lleida, se desplomó a mediados de este mes y ahora tan solo quedan en pie restos de dos de sus muros. La plataforma Lleida 1936 organiza este domingo (12.00 h) una concentración ante la torre para reclamar su recuperación a la Paeria que, a su vez, avanzó a este diario que “se ha realizado una inspección y redactado un informe para actuar de urgencia, y que se procede de inmediato a delimitar su perímetro”.
A partir de ahora, el servicio de arqueología deberá presentar una propuesta sobre su tratamiento. En cuanto al Molí de Cervià, en Grenyana, el ayuntamiento afirma que está “trabajando en la redacción de un proyecto de limpieza y saneamiento del entorno y de estabilización de la infraestructura, algo de lo que los vecinos han sido informados”.
Finalmente, el antiguo monasterio de Sant Ruf, declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), es el único edifico de la ciudad que figura en la Lista Roja. Su conservación “es complicada”, apunta Xus Llavero, historiadora del Centre d’Estudis Comarcals del Segrià, pues “se encuentra en medio de una finca de propiedad privada y su amo no tiene ningún interés en conservarlo”. Sin embargo, en 2017 cedió su uso a la Paeria por 15 años renovables, con el objetivo de rehabilitar sus restos. Hoy día, el consistorio asegura que tiene previsto adecuar sus accesos y entorno, pero aún no se ha realizado ninguna acción significativa.