Lleida, protagonista a la visita interactiva del Palau Moja por el patrimonio catalán

El Palau Moja ha estrenado este jueves ‘El Espai Moja. Catalunya: Patrimoni Viu’, un espacio inmersivo para visibilizar la riqueza patrimonial catalana. La visita, a la planta baja del edificio ubicado en medio de la Rambla de Barcelona, ofrece un recorrido en el tiempo por la historia de Cataluña donde se muestran sus tradiciones, celebraciones, monumentos emblemáticos, etc.

El proyecto ha contado con un presupuesto de 2,8 millones de euros y forma parte de ‘Los Ojos de la Historia’, una iniciativa impulsada por la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural que quiere acercar el patrimonio a la ciudadanía con el uso de tecnología inmersiva como la realidad virtual, hologramas o juegos interactivos. La exposición es gratuita y estará abierta todos los días del año.

El Palau Moja, en la calle Portaferrissa de Barcelona, declarado Bien Cultural de Interés Nacional actualmente acoge la sede de la Dirección General del Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura. Ahora ya hace cerca de un año el palacio abrió sus puertas al público ofreciendo visitas guiadas el fin de semana para mostrar algunas de las estancias en las que vivieron personajes ilustres de la burguesía catalana.

A partir de hoy, el edificio ofrece uno nuevo atractivo a los visitantes dedicado a la promoción y difusión del patrimonio cultural catalán en la planta baja: el Espai Moja. A la consejera de Cultura, Sònia Hernández Almodóvar, la ha inaugurado este jueves por la mañana, acompañada de la responsable del Área de Estrategia e Innovación de la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural, Marta Antuñano.

Visita inmersiva y gamificada

Mediante tecnologías inmersivas como la realidad virtual, los hologramas y los juegos interactivos, los visitantes pueden experimentar momentos clave de la historia catalana como si estuvieran allí mismo a través de la microhistoria. Personajes singulares, monumentos emblemáticos y celebraciones populares se entrelazan para crear un mosaico vibrante que refleja la diversidad de la cultura catalana. El nuevo espacio propone un viaje en el tiempo en que la tecnología se alinea con la emoción para ofrecer una mirada profunda a nuestra identidad.

La exposición también permite al visitante explorar los contenidos desde diferentes perspectivas, con un enfoque flexible que se adapta a sus intereses y niveles de conocimiento. Los diversos espacios ofrecen múltiples niveles de lectura, desde una cata a la riqueza cultural de Cataluña, hasta una inmersión profunda para públicos más especializados. Eso permite que cada visita sea única y que el visitante pueda profundizar en los aspectos que más lo cautivan. Para garantizar la accesibilidad de todos los públicos, el Espacio Moja dispone de una plataforma que muestra los contenidos adaptados en lectura fácil, lengua de signos y audiodescripción.

Próximos escenarios

Según el departamento de Cultura, una de las prioridades de la legislatura es “es valorizar el patrimonio como elemento de identificación colectiva”. En este sentido, la nueva propuesta del Palau Moja se enmarca dentro del proyecto ‘Los ojos de la historia. Una mirada inmersiva sobre el patrimonio catalán’ que tiene como objetivo acercar el patrimonio a la ciudadanía desde nuevos relatos y con el uso de la tecnología inmersiva. Un proyecto que se articula en torno a 3 ejes: la experiencia didáctica en las escuelas, la renovación de relato y museografía en cinco monumentos históricos, y el Espacio Moja.

Forman parte de este proyecto también el Conjunto de la Vall de Boí, el Monasterio de Sant Pere de Rodes y el Castillo de Miravet, que serán los siguientes escenarios que se renovarán, después de las recientes actuaciones en el Centro de Interpretación de Arte Rupestre de El Cogul y a la Cartuja de Escaladei, que ya están abiertas al público.

Cafetería y punto de información al turista

Complementariamente a la vista del Espacio Moja, l'edific también estrena hoy un punto de atención turística de la Generalitat, gestionado por Patrimonio (anteriormente había habido una oficina de turismo privada), así como una cafetería con acceso desde la Rambla, gestionada por Gil Forn de Pa y Pastelería, una empresa familiar barcelonesa con varios establecimientos en la ciudad.