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MADRID

Las últimas acuarelas de Ureña

La galería Ansorena de Madrid inaugura una exposición del artista leridano, fallecido el sábado. El acto se convierte en el primer homenaje póstumo

Inauguración ayer de la exposición póstuma de Ureña en Madrid. - GALERÍA ANSORENA

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El pintor leridano Joaquín Ureña no pudo ver ayer su nueva exposición. La galería Ansorena de Madrid vivió una emotiva inauguración de las últimas acuarelas del artista, fallecido el pasado sábado a los 78 años en su domicilio de Lleida. De hecho, estuvo pintando hasta el mismo viernes ultimando las pinturas para una muestra que, de forma periódica cada tres temporadas desde 2003, tenía apuntada en mayúsculas en su agenda. Una exposición que llevaba meses preparando, desde la pasada primavera, cuando ya desveló algunas de sus nuevas acuarelas al alcalde, Fèlix Larrosa, cuando este le visitó en su estudio en la rambla Ferran para comunicarle que había sido elegido pregonero de la Festa Major de Lleida. Su esposa, María del Mar, no quiso perderse el acto inaugural en esta céntrica sala de arte de Madrid, en la calle Alcalá, superando el dolor de la pérdida pero demostrando que seguirá siendo la primera y más firma protectora de la obra de Ureña. María del Mar estuvo arropada por amigos de la familia y, en especial, por la directora de Ansorena, Cristina Mato. Ureña siempre recordaba la sorpresa que se llevó Mato cuando él se presentó sin avisar, en septiembre de 2002, de la mano de un amigo común, Jesús Cámara, para conocerla, mostrándole un catálogo antiguo. Mato le encargó entonces que pintara una serie de cuatro piezas de 100 x 100 cm., que se vendieron muy rápido, y entonces concretaron su primera exposición en la galería para abril de 2003. El éxito del artista leridano se tradujo desde entonces en una gran exposición individual de acuarelas cada tres temporadas en Ansorena.

La muestra inaugurada ayer, que podrá visitarse hasta el 17 de enero, exhibe más de 25 acuarelas de gran formato, la ‘especialidad’ de Ureña, en las que el artista plasmó de forma ‘hiperrealista’ desde estanterías repletas de libros y objetos decorativos hasta vistas interiores, su mesa de estudio, una ventana de su piso en Lleida o escenas de su otra ciudad querida en la que pasaba cada año varios meses, Almería, donde cumplió de joven el servicio militar y donde conoció a María del Mar.

La octava exposición individual de Ureña en Ansorena muestra pues las últimas acuarelas del artista. En las anteriores inauguraciones en la sala madrileña siempre le gustaba destacar su lema de vida a partir de una obra de Goya: “Estoy enamorado de un dibujo suyo, en el que se ve a un viejecito diciendo que aún estoy aprendiendo”. Por eso no dejó de pintar hasta el final.

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