MÚSICA ENTREVISTA
Xavier Pagès-Corella: «Dirigir a la OJC es un paso natural en mi carrera musical»
Director de la Orquestra Simfònica Julià Carbonell de les Terres de Lleida
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«Dirigir a la OJC es un paso natural en mi carrera musical» - AMADO FORROLLA
El músico, compositor y profesor Xavier Pagès-Corella (Sant Pere de Ribes, Garraf, 1971) fue nombrado el pasado 28 de enero nuevo director de la Orquestra Simfònica Julià Carbonell (OJC), tras el concurso público convocado para suplir el adiós de Alfons Reverté. Director del Barcelona Modern Ensemble, director asociado de la Orquestra de Cambra Catalana y profesor en el Conservatori del Liceu, Pagès-Corella da un salto en su trayectoria no solo para dirigir a la OJC sino también para “formar parte de la comunidad” de Lleida
Recoge la batuta de Alfons Reverté, que puso en marcha la OJC hace poco más de 22 años. ¿Reto o responsabilidad?
Soy consciente de que es un legado importantísimo; no es un lugar para comenzar desde cero y seré respetuoso con todo el equipo. Mi planteamiento es de respeto a los principios de la OJC, porque también son los míos de ‘fábrica’. En este sentido, siempre he defendido la música del país, también como compositor. Y siempre colaborando con orquestas del territorio, que luchan por sobrevivir fuera del contexto de la urbe de Barcelona. Ahora, con la OJC seguiré trabajando en esta línea en un proyecto más potente y con recorrido por delante, con más recursos e instituciones importantes que ayudan.
De Barcelona a Lleida para dirigir una orquesta sinfónica. ¿Un salto adelante en su carrera?
Creo que es un paso natural en mi carrera. No es un salto forzado. Después de mi trayectoria, ahora me he sentido muy preparado y he superado el concurso público. Cuando se convocó la plaza sentí que en la OJC podía desarrollar todas las cosas que he ido trabajando estos años. Y no me siento extraño ante una sinfónica, ya he colaborado con algunas, también he dirigido a la Orquesta Sinfónica de Granada o a la plantilla sinfónica del Liceu. Ahora podré hacerlo con regularidad y me resultará muy motivador.
Cuando fue presentado como nuevo director, dijo que quería convertirse en un leridano más.
Bueno, es un proceso..., me baso en lo que siempre he experimentado allí donde he trabajado. Siempre me he implicado mucho y he acabado fusionándome con las personas que me rodean en cada nuevo proyecto. Ya estoy notando una atracción muy fuerte y el calor humano de la orquesta y mi espíritu comienza a querer estar cerca de la gente de la OJC. Es un caliu que va cuajando poco a poco y que espero que se produzca también con el público.
Pues comenzará nada más y nada menos con una ópera sobre la historia del Canal d’Urgell, el próximo 27 de abril.
¡Lo primero que hice fue comprarme el libro Aigua a les venes, de Francesc Canosa! Tengo que profundizar en la historia del canal, que es parte de la historia de Lleida. Pero no vengo simplemente a dirigir un concierto sino que quiero hacerme mía esta auténtica apuesta cultural gracias al concierto.
¿Ha comenzado así a documentarse sobre la historia de Ponent?
De hecho, ¡entré en la librería Ona de Barcelona y pedí todo lo que tuvieran sobre Lleida! Hasta tres personas me estuvieron buscando bibliografía y, al final, salí con un montón de libros, desde una antología de poesía de Ponent hasta la revista Horitzons o La Lleida secreta.
Uno de los objetivos de ‘marca’ de la OJC son las producciones enraizadas en el propio territorio.
Tiene ciertas dificultades vincular una orquesta a un territorio con poca tradición sinfónica, por lo que hay que buscar autores y compositores de aquí, y también es muy importante la colaboración con entidades locales para conectar con el terreno. Además, ofrecer conciertos en pueblos es una forma muy bonita de llegar más a la gente. Y, sobre todo, conectar con entidades locales para ver qué podemos construir juntos para ofrecer algo más que un concierto, ver qué podemos aportar nosotros y qué ellas. Es una vía de doble sentido.
¿Cuál será su sello personal?
Trataré de aportar mi personalidad, no un sello determinado. Si puedo traducirlo con resultados, debería producirse de manera natural. Simplemente, vengo a hacer las cosas lo mejor que sé. Ser también compositor y contar con una vertiente pedagógica como profesor me da una manera de pensar bastante creativa, y siempre intento reinventarme, renovarme..., pero buscando un equilibrio entre repetirse y repetirse demasiado, o sea, tener una personalidad propia sin caer en el aburrimiento.
Su primer deseo para la orquesta.
Lo primero, dar la máxima estabilidad a la actividad musical para mantener el nivel. Esto es como los atletas, si no te entrenas lo suficiente, estarás bajo de forma. Por eso, lo mejor es la regularidad. Si solo tienes tres conciertos al año, es muy difícil conseguirla. Y también las aportaciones externas a la orquesta, tanto de solistas como en la dirección, que dan frescura. Por otra parte, me gustaría poner la orquesta a disposición de los creadores de Ponent. Un ejemplo que encaja en esta idea es este proyecto sobre el Canal d’Urgell, que descansa sobre un escritor, un guion, un director escénico, una institución como el Orfeó Lleidatà..., en definitiva, acompañando a entidades y profesionales. Todo esto me atrae mucho. Acabo de aterrizar y necesito que los creadores del territorio me ayuden a tirar adelante este proyecto.
En los años de historia de la OJC, la financiación ha sido siempre su talón de Aquiles. ¿Qué espera en este sentido?
Todo el equipo de la orquesta queremos ser prudentes. Sabemos que la financiación es fundamental a la hora de crear un proyecto pero la buena estrategia es hacer las cosas con suavidad. Hay que pisar el acelerador suavemente, aunque mirando que tampoco se cale el motor. Llevamos una velocidad de crucero de muchos años y deberemos pisar poco a poco el acelerador, mirando quién tiene que poner la gasolina necesaria.
¿Cómo va a conseguirlo?
Trabajando como se espera de una orquesta que actúa como si ya estuviera en el lugar a donde quiere llegar. Se trata de tocar lo mejor posible para convencer a la gente que tiene que poner la gasolina y que vean que podemos conseguirlo. Tenemos que demostrar que con los recursos de que disponemos podemos sacar un jugo que les sorprenda, que no se lo esperen. Así, las instituciones quizás pensarán que pueden aportar un poco más, y que en el futuro sea aún más. Con prudencia, intentaremos la próxima temporada dar un paso natural y ambicioso para que el resultado esté por encima de las expectativas de lo que se espera de nosotros. El objetivo principal será sorprender.