El leridano Manel González no optará a presidir la RFEA

El leridano Manel González Solanes, que fue olímpico en la prueba de 4x400 metros en los Los Ángeles 1984 cuando era atleta del Sícoris, confirmó ayer a este diario que se retira de la carrera electoral a la presidencia de la Federación Española de Atletismo (RFEA). De esta forma, solo quedan dos aspirantes a suceder a José María Odriozola, que son los exatletas de élite Isidoro Hornillos –presidente de la Territorial gallega– y Raúl Chapado, exdirector de deportes de las candidaturas olímpicas de Madrid 2016 y 2020 y principal favorito.

Manel González, arquitecto de 52 años que hace dos años se incorporó como vocal de la RFEA y que está establecido desde hace muchos años en Sant Cugat, donde dirige la sección de atletismo del Club Muntanyenc, decidió no seguir optando a relevar a Odriozola tras comprobar sus nulas posibilidades tras las recientes elecciones a la asamblea, que será la que a su vez elegirá el nuevo presidente el 26 de noviembre. “Es un sistema perverso, pero he constatado que la gente ni me quiere ni le interesa el proyecto que defiendo. Y no quiero declarar mi apoyo a ninguno de los candidatos para evitar suspicacias. Espero que hagan lo mejor para el atletismo español”, manifestó ayer este leridano que contaba con apoyos de exatletas de prestigio como Valentí Massana, Alberto Ruiz, Esther Lahoz, Javier Arqués, Iván Rodríguez y Antonio Corgos.

Aunque acepta su derrota con deportividad, asegura que una de las causas que han influido en los pocos apoyos en la asamblea es ser catalán. “No es que lo sospeche es que me lo han dicho claramente gente con la que he hablado en este tiempo. No guardo ningún rencor, pero pensaba que un catalán podía ayudar a mi país al frente de una Federación importante. En fin, es triste y desesperante”.

Por otra parte, solo habrá un representante del atletismo leridano en la asamblea que elegirá nuevo presidente. Será el club Lleida UA, que apoyaba a González. No han salido elegidos los entrenadores Salvador Porras, que era favorable a González, y Antonio Cánovas que confiaba en Isidoro Hornillos.