LO MEJORLO PEOR
Adiós al coliderato
El Actel Lleida cae en Melilla después de un terrible segundo cuarto, en el que estuvo completamente desconocido || Cede el primer puesto al Gipuzkoa, que batió al Breogán
En Melilla dijo adiós al coliderato el Actel Força Lleida. Tuvo que ser en una de sus pistas malditas, la de peores recuerdos, donde cayó 75-65 y dejó la primera plaza de la LEB Oro a un Gipuzkoa que supo ganar el duelo de ‘gallitos’ al Breogán y se queda solo en cabeza después de que Coruña perdiera en casa ante Palencia. La derrota de ayer del Actel Lleida fue fruto de un segundo cuarto inexplicable, en el que no fueron el equipo que ha conseguido siete victorias, dando muestras de viejos vicios, pero que deben quedarse en una anécdota antes de retomar la competición.
Comenge dio la dirección de juego a Sans esta vez, introduciendo también la novedad de Feliu en el quinteto, aunque lo mejor del arranque del partido fue Mbaye, autor de los primeros 8 puntos del equipo. Le costó entrar a Melilla, pero lo hizo de la manera que mejor sabe, a base de talento individual. Después de un triple de Feliu, los de negro encajaron un parcial de 8-0 de la mano de Rivero, Gatell, Ott y Arteaga, algunos ya ‘viejos rockeros’, situando el 16-11. Sin embargo, Alzamora y Sutina volvieron a ponerse los galones y gracias a su acierto mantuvieron al Actel Lleida en la pelea hasta el final del primer cuarto, al que se llegó con una mínima diferencia para los locales (20-18).
El Actel se quedó en 8 puntos en el segundo cuarto: dos triples de Sutina y una canasta de Demetrio
Ya comenzaban a verse algunos defectos que se hicieron evidentes en el segundo parcial. Al Actel Lleida le faltó cerebro y su selección de tiro fue terrible. De esta forma ni un tiempo de Comenge con el 26-21 pudo parar el espectáculo que dieron los leridanos, una pesadilla respecto a lo que se había visto hasta entonces. Pérdidas de balón absurdas (11 en la primera mitad), sin intensidad en el rebote y jugadores que han sido claves hasta ahora totalmente perdidos. Mientras, el Melilla siguió a lo suyo, dejando la impresión de que los colíderes eran ellos, los norteafricanos. Alcanzaron el descanso con una máxima diferencia de 14 puntos (40-26), sacando los colores al banquillo de un Actel Lleida que solo fue capaz de anotar 8 puntos en este segundo periodo, que respondieron a dos triples de Sutina y una canasta de Demetrio. Si alguna esperanza cabía después de esa primera mitad en el Javier Imbroda es que peor no se podía hacer. Ni los árbitros.
Repitió cinco Comenge en el arranque del tercer cuarto, pero la actitud fue completamente diferente. El equipo salió a morder desde el primer segundo. Gracias a este empuje, el Actel Lleida consiguió un parcial de salida de 0-5 con el que demostró que no estaba muerto. Ahora cada posesión era un mundo y a los locales les costaba mucho anotar. Sin embargo, Rivero y Arteaga mantuvieron a los melillenses siempre en el margen de los diez puntos de ventaja en estos momentos de mayo inspiración leridana, especialmente en defensa. Cuatro puntos seguidos de Rubín de Celis y Alzamora provocaron el primer tiempo de Alejandro Alcoba (44-37). Más para que sus jugadores estrella aclararan las ideas que por las soluciones que él puede aportar. Y así fue. Apareció el hombre que rompió con las esperanzas leridanas. Si en temporadas pasadas había sido un Suka-Umu ayer desaparecido, esta vez fue Ott, otro curtido en mil batallas de la LEB Oro. Dos triples del escolta estadounidense prácticamente acabaron con la moral de los hombres de Comenge, que además vieron como Edu Gatell anotaba sobre la bocina para el 54-41. El Actel Lleida había conseguido ganar este tercer parcial, pero el daño del segundo era mucho.
Continuó el equipo leridano mordiendo, nadando hacia la orilla pese a tener muchas posibilidades de quedarse en el intento. Esta vez fue Sanz el que tuvo la inspiración para renovar la máxima diferencia a favor de los melillenses nada más comenzar el último periodo (57-43). Otra vez el Actel Lleida consiguió meterse a diez puntos de desventaja, pero de nuevo el Melilla encontró a un referente entre su elenco de experiencia. Un viejo conocido como Manzano, que tantas veces castigó al Lleida en el Javier Imbroda, apareció para devolver de nuevo la máxima de 14 a menos de cuatro para el final (67-53). Ni los triples de Sutina y Demetrio eran suficientes para parar el gran acierto de los locales. De ahí hasta el final se mantuvo el guión. Cada vez que los leridanos intentaban acercarse, los norteafricanos sacaban a relucir su mayor experiencia. Al final un 75-65 que no refleja para nada la lucha del Actel Lleida en Melilla y que solo es fruto de un mal segundo cuarto, en el que se fue totalmente del partido, dejándose el coliderato.