SEGRE

LO MEJORLO PEOR

El Barça no supo rematar

Dominó al Madrid en una buena segunda mitad, en la que se adelantó con gol de Luis Suárez || Neymar y Messi perdonaron la sentencia en dos claras ocasiones y Ramos firmó el empate en el último minuto

Leo Messi, que no estuvo lejos de su mejor versión, intenta controlar un balón rodeado por los madridistas Kovacevic, Cristiano Ronaldo y Modric.

Leo Messi, que no estuvo lejos de su mejor versión, intenta controlar un balón rodeado por los madridistas Kovacevic, Cristiano Ronaldo y Modric.

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Un postrero gol de Sergio Ramos, de nuevo erigido en épico salvador de su equipo, permitió al Real Madrid empatar en el Camp Nou y mantener así los seis puntos de ventaja que traía. El Barça perdonó cuando no sentenció en sus mejores minutos, cuando realmente evocó al equipo blaugrana que venía dominando la última era. Tras el tanto anotado por Luis Suárez (1-0, m.53), los de Luis Enrique, ya con Iniesta sobre el césped llevando la batuta, dominaron ampliamente a su rival, pero desperdiciaron dos clarísimas ocasiones que luego pagaron muy caro. Y con la calidad y pundonor del Madrid, al que nunca se puede dar por muerto y menos si Sergio Ramos sube a rematar arriba en los minutos finales, llegó un empate con el que los blancos ya no contaban.

Fue un duelo que tuvo un inicio electrizante. Un arranque prometedor que se diluyó con rapidez por la volátil presencia de unos y otros en el área contraria y que no pasará a la historia de los clásicos por goles y juego. La primera parte fue blanca, aunque sin ocasiones, en la que el Barça nunca se encontró cómodo. Sin espacios, ni ocasiones, sin Messi ni Cristiano ni Benzema ni Neymar ni Isco ni Luis Suárez, todos ellos desactivados por la presión asfixiante, con mucha tensión, mucho respeto y aun más miedo a equivocarse, transcurrieron los minutos en el Camp Nou sin que se viera nada mínimamente destacable, más allá de las reclamaciones de algún penalti en ambas áreas.

El lateral derecho del Madrid dedicó este feo gesto al público del Camp Nou tras el gol de Ramos

El juego exhibido en la segunda mitad y la reapacición de Iniesta, que cambió por completo la imagen del equipo

Era el Barça el que más tenía el balón, pero pronto se vio que no sabía cómo hacer daño con él. Sin Iniesta, que empezó en el banquillo, Sergio Busquets multiplicándose por tres, Rakitic demasiado errático y André Gomés extremadamente tibio en el primer clásico de su carrera, los azulgranas pronto se dieron cuenta de que les faltaba centro del campo para dominar con claridad el choque. Los locales fueron perdiendo duelos individuales y presencia en el partido con la misma rapidez que el Real Madrid, solidario, con las líneas bien juntas y poco exigido atrás, empezaba a jugar más suelto con el bullicioso Lucas Vázquez y el hiperactivo Modric como apuestas más destacadas.

Solo Messi, en un inocente lanzamiento de falta, activó a Keylor Navas en la primera mitad. Los de Zidane, por su parte, empezaron a acercarse a la portería defendida por Ter Stegen en los últimos diez minutos del primer acto. Dos tímidos disparos de Cristiano y un blando cabezazo de Varane encontraron respuesta en el meta alemán, que no pasó por más apuros hasta llegar al descanso.

El Barça no mordía arriba, sus tres puntas se descolgaban de la presión y los blancos mantenían la inercia del primer tiempo. Pero los azulgranas dieron un giro radical en su estilo pues se adelantó en el marcador en una jugada de estrategia, arma históricamente más blanca que blaugrana. Justo tras la reanudación, en una falta lateral muy bien servida por Neymar, apareció Luis Suárez para adelantarse a Varane y rematar cruzado. El primer disparo limpio a portería del Barça acabó con Navas recogiendo el balón de su red, cambiando por completo el partido.

Además, con la entrada de Andrés Iniesta en el 59’, ovacionado, el Barça volvió a asemejarse a aquel con el que la mayoría de barcelonistas se involucran e identifican más. Control, pases y triangulaciones cortas y rápidas, y una mayor presencia en el área rival que se tradujo en varias ocasiones para agrandar la diferencia en el marcador. Las más claras las de Neymar, que no atinó a rematar a portería cuando se había plantado solo ante Navas tras romper la cintura de Carvajal, o un disparo del propio Iniesta que acabó a la red lateral tras tocar en un defensor blanco.

El Barça empezaba a recuperar tras pérdida y asociarse como en sus mejores tiempos, mientras que Zidane enviaba un mensaje confuso sobre sus intenciones de ir a por el partido, al prescindir del talento ofensivo de Isco, que se fue con cara de pocos amigos, y poner más músculo con la entrada de Casemiro. El Barça, en cambio, no se conformó con el 1-0 y, de hecho, la ocasión más clara de los últimos minutos llevó la firma de Leo Messi. El argentino recibió una magistral asistencia al espacio de Iniesta y tras controlar el balón cruzó demasiado el balón ante Navas. Sigue sin marcar el ‘10’ en un clásico desde la llegada de Luis Enrique, y ya van cinco pulsos sin marcar.

Ni la entrada de Asensio ni de Mariano, autor de un ‘hat-trick’ en la Copa, parecieron dar aire y más vocación ofensiva a un Real Madrid que se fue apagando con el paso de los minutos. Pero cuando parecía que 1-0 era inevitable, el Madrid tocó a arrebato y colgó varios balones en busca del empate. Un remate de cabeza alto de Ramos y otro de Cristiano que Jordi Alba despejó fueron el preludio del 1-1, que vino también a balón parado. Ramos se elevó en el último instante para hacer uno de esos goles suyos de fe y arrojo que evitaron una derrota que hubiera vuelto a apretar la Liga. El Camp Nou se quedó mudo y Carvajal, extasiado, no se le ocurrió nada más que festejarlo dirigiendo una peineta al público.

Leo Messi, que no estuvo lejos de su mejor versión, intenta controlar un balón rodeado por los madridistas Kovacevic, Cristiano Ronaldo y Modric.

Leo Messi, que no estuvo lejos de su mejor versión, intenta controlar un balón rodeado por los madridistas Kovacevic, Cristiano Ronaldo y Modric.

Leo Messi, que no estuvo lejos de su mejor versión, intenta controlar un balón rodeado por los madridistas Kovacevic, Cristiano Ronaldo y Modric.

Leo Messi, que no estuvo lejos de su mejor versión, intenta controlar un balón rodeado por los madridistas Kovacevic, Cristiano Ronaldo y Modric.

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