Reyes en la niebla

La niebla, que ha hecho que Lleida haya sido protagonista de los informativos meteorólogicos de los últimos días, estuvo ayer a punto de privar al Lleida Esportiu de su primera victoria del año. La suspensión del partido planeó sobre el Camp d’Esports, pero finalmente el árbitro autorizó que se jugara el encuentro y el equipo de Siviero se alineó con la ‘boira’ para lograr una victoria de gran mérito sobre el Badalona (3-2), tercero en la clasificación, que solo había perdido un partido durante la primera vuelta.

Parecía claro que si la niebla debía alinearse con alguien, iba a ser con el Lleida. Pero el triunfo, que se cimentó durante algunos de los mejores minutos que el equipo ha protagonizado este curso en el Camp d’Esports, se vio difuminado por una espesa cortina que dificultaba la visión, como comprobaron los pocos espectadores que desafiaron a la temperatura gélida para ir al estadio o los que lo siguieron por televisión.

Media hora antes del partido, la niebla ya era lo suficientemente espesa como para poner el partido en riesgo. La normativa dice que para poder jugar, desde una de las porterías debe poder verse la otra. Aunque en algunos momentos, tan solo se vislumbraba. En cualquier caso, siempre es el árbitro quien tiene la última palabra. El colegido, el valenciano Daniel Yuste Querol, consultó con ambos clubes y tanto Lleida como Badalona querían jugar. Dio la autorización, aunque con la advertencia de que si aumentaba su espesor, suspendería el partido.

A medida que pasaban los minutos la niebla se levantó ligeramente. En la segunda parte la visibilidad mejoró y pudo disputarse el partido al completo, aunque desde la parte más alta del Camp d’Esports la visión era más deficiente.

En cualquier caso, la niebla fue un aliado del Lleida, que salió, esta vez sí, mucho más enchufado al campo y dispuesto a conseguir una victoria muy necesaria. Y no tardó mucho el equipo de Gustavo Siviero en ponerse por delante en el marcador. El canterano Noel marcó su segundo gol de la temporada, tras el que firmó en el último partido del 2016 ante el Eldense y, como en aquella ocasión, de cabeza en una acción de estrategia. Era el 1-0 y solo habían pasado seis minutos de partido.

El Lleida mostró ayer una mejor cara. Más sólido, más confiado y con más presencia en el área rival. Pero sigue teniendo “apagones”. Un mal pase atrás lo aprovechó Víctor García para plantarse en un mano a mano ante Campos, que salvó a la perfección lo que parecía un gol cantado. Tal vez sí que algo ha cambiado con el nuevo año. En cambio, el excelente meta del Lleida no pudo evitar el empate en un remate de Gerard Oliva (38’) cuya trayectoria desvió un defensa azul. Pero el Lleida marcó el 2-1 en el minuto 44 gracias a una jugada de habilidad de Òscar Rubio.

En la segunda mitad el Lleida ofreció sus mejores minutos. Tuvo al Badalona a su merced y, salvo un remate rival que se estrelló en el larguero, las mejores ocasiones eran suyas. Fran Moreno culminó una gran jugada colectiva en el 3-1 (63’) y el partido lo hubiera finiquitado Casares si Morales no hubiera desviado su remate en el 69. Ni el 3-2 en el 83 pudo evitar que la victoria se quedara en casa. Sin duda, un gran regalo de Reyes.