LO MEJORLO PEOR
Tiran la victoria
El Actel Força Lleida firma una gran primera mitad pero se diluye en la segunda a merced de un Prat liderado por Forcada || Las pérdidas y los tiros libres le acaban condenando
El Actel Força Lleida no pudo confirmar su línea ascendente mostrada ante dos grandes como Breogán y Oviedo y sucumbió ayer por 74-73 ante un rival teóricamente inferior por clasificación pero que acabó creyendo más en la victoria que los leridanos, que fueron claramente de más a menos y acabaron hincando la rodilla lastrados por las pérdidas de balón, no tanto por su número (14) sino por su reiteración en momentos claves, y en el pésimo acierto en los tiros libres (8 de 18, un 44%).
Borja Comenge sacó de inicio el mismo quinteto que en los dos anteriores partidos y el Actel mandó desde el primer segundo con una buena circulación del balón, lanzamientos francos y cerrando bien el rebote defensivo y cargando el ofensivo. El Prat mantuvo el marcador igualado hasta el 6-6 gracias a los triples de Moix y Ros, pero a partir de entonces, los leridanos pusieron en marcha su maquinaria ofensiva y desarbolaron a sus rivales en todas las facetas del juego. Nevels paliaba su escaso acierto ofensivo haciéndose grande en defensa y capturando todo balón que escupía el aro, faceta en la que apoyó Mbaye, que además brillaba en ataque junto a un poco habitual Marc Martí. El canterano anotó sus siete puntos consecutivos, que permitieron al Actel acabar el primer cuarto doblando a su rival en el marcador (11-22), un Prat que con sus dos principales referentes desaparecidos, Xavi Forcada y Pep Ortega, vivía única y exclusivamente de los triples, si bien con un pésimo porcentaje de acierto (3 de 11). Prueba del incontestable dominio leridano en el Joan Busquets era la valoración, 3 a 27.
Al inicio del segundo cuarto los leridanos doblaban a su rival (13-26), con un 3-27 de valoración al primer cuarto
El guión no varió un ápice en el arranque del segundo periodo. El Actel siguió con su juego rápido y preciso, que le permitió doblar a su rival (13-26) y ampliar sus diferencias hasta una máxima de 13 puntos, con otros cuatro tantos de Martí, reboteando y masacrando la canasta barcelonesa (11 puntos, 3 rebotes y 13 de valoración en solo 6 minutos, casi nada).
Una primera reacción local, gracias al despertar de Ortega, la cortó Feliu con un triple, pero con la segunda andanada, los leridanos ya no pudieron. Otro mini-parcial de 4-0 obligó a Borja Comenge a parar el partido (21-29). Las directrices del técnico no cambiaron el devenir del duelo, que había pasado ya a manos del Prat, al menos en dinámica. Otro parcial de 9-4 redujo la ventaja a solo tres puntos al descanso (30-33), escaso premio para los méritos contraídos por los de negro.
Pero a la vuelta de los vestuarios, el Actel Lleida se enchufó de nuevo al partido y recuperó su mejor versión, la del sacrificio y la intensidad, peleando todos los balones y buscando la mejor posición en ataque. Forzó un par de 2+1, aunque aprovechó solo uno (en ese momento los de negro ya tenían un pésimo 6 de 15 en tiros libres), y recuperó siete puntos de renta (35-42). Le duraron bien poco, ya que otra reacción local, comandada por un reaparecido Forcada (hasta ese momento cero puntos), igualó el partido a 44, obligando a pedir tiempo muerto a un Borja Comenge que llevaba un cabreo monumental por culpa de las pérdidas. “¡Estamos perdiendo el partido nosotros¡”, les gritó en el banquillo. La bronca surtió efecto y un parcial de 0-7, después de dos robos consecutivos de Simeón y Feliu, que acabaron en dos contrataques culminados por el valenciano y Demetrio, dieron de nuevo siete puntos de ventaja (44-51), renta que prácticamente se mantuvo antes de afrontar el último asalto (49-55).
El Actel, que notaba la falta de puntos de un frustrado Nevels, volvió a exhibir esa falta de regularidad que tanto reclamaba el propio Comenge en la víspera. Entonces el Prat se lo jugó todo a una carta, la de Xavi Forcada, y acertó de pleno. El solito anotó 14 (con tres triples) de los 25 puntos de su equipo en el último cuarto y lo llevó a la victoria ante un Lleida que apeló a la genialidad de Nevels, muy castigado por las faltas, en busca de un milagro que esta vez no llegó.