Remontada polémica

El Real Madrid evitó el KO en el estadio de La Cerámica, donde llegó a ir perdiendo ante el Villarreal por 2-0, pero no se rindió, echó mano de su clásica fe y de su versión más creativa con Isco Alarcón. Pero también contó con la no menos clásica ayuda arbitral para remontar y acabar ganando 2-3. El triunfo le permite mantenerse el frente de la clasificación, con un punto más que el Barcelona, pero también con un partido menos. En caso de derrota, el Barcelona, que ganó 1-2 en el Calderón, hubiera sido líder.

El conjunto de Zinedine Zidane estuvo a merced del Villarreal, muy superior durante buena parte del encuentro, y tuvo el compromiso prácticamente perdido con los goles al inicio del segundo tiempo de Manu Trigueros (1-0, 50’) y del francocongoleño Cedric Bakambu (2-0,56’).

Bale volvió a meter al Madrid en el partido con el 2-1 conseguido en el minuto 64 y la polémica apareció con un penalti con el que el colegiado premió al Madrid, ante la desesperación del Villarreal. Fue una jugada en la que el balón da en la mano a Bruno, el mismo jugador al que en una acción similar ante el Barcelona, el árbitro no consideró penalti pero ayer, ante el Madrid, sí. Cristiano no desaprovechó el regalo para marcar el 2-2 en el minuto 74. El árbitro ya no dejó de ser protagonista, puesto que en la recta final del encuentro no quiso ver un codazo que Marcelo propinó a un jugador local, dentro del área.

El punto no bastaba al Madrid para mantenerse en la primera posición y fue Morata el que culminó la remontada en el minuto 83, con el 2-3 que mantenía al equipo al frente de la Liga.