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El Lleida continúa su dinámica victoriosa en el tiempo añadido con una victoria de penalti en Villarreal || Los de Siviero tardan demasiado en plasmar su superioridad ante un rival que no les creó peligro

Valiente abraza a Miki Muñoz tras marcar de penalti el gol que le daba los tres puntos al Lleida ‘in extremis’.

Valiente abraza a Miki Muñoz tras marcar de penalti el gol que le daba los tres puntos al Lleida ‘in extremis’.

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¿Quién lo iba a decir? El equipo que parecía un “pupas” en la primera vuelta en la que cualquier rival, con muy poco, le superaba gracias a sus clamorosos errores individuales, se ha convertido en un conjunto sólido, muy trabajado atrás y con mejor (tampoco mucha, no vayamos a ser exagerados) pegada y, sobre todo, con una inmensa e increíble dosis de fortuna que le ha hecho ganar tres de los últimos cuatro partidos en el tiempo añadido.

Es esa suerte que tanto obsesionaba a Napoleón que siempre decía aquello cuando le proponían a uno de sus mandos para el generalato. “Ya sé que es un brillante estratega, pero ¿tiene suerte?. Y sí, el Lleida, la tiene, y por arrobas. Pero, como decía Siviero en la sala de prensa del Mini Estadi castellonense, la suerte hay que trabajarla. Y es cierto. El Lleida, la está trabajando y, como consecuencia directa, la está encontrando. En la soleada mañana de Villarreal, le dio un baño estratégico a los castellonenses que nunca se sintieron cómodos en el campo –su único remate entre los tres palos, y no demasiado claro, no llegó hasta el minuto 88– víctimas de la presión leridana en la zona de creación y, sobre todo, con el entramado defensivo que montó Siviero, con un Andriu impecable –que fue capaz de anular al goleador local Carlos Martínez, 17 goles en Liga– y un Noel Carbonell, estelar como pivote por delante de la defensa que hace pensar en las jornadas en las que desapareció de las convocatorias.

El Lleida avisó pronto de sus intenciones con un remate de Mikel Fernández (18’) que se estrelló en el larguero tras el primer córner a favor y un segundo remate, en la misma jugada, invalidado por el árbitro SánchezLopez –excelente todo el encuentro– por fuera de juego. El Lleida no creó más peligro, pese a su control absoluto en el juego pero el Villarreal –pese a una serie de remates muy desviados– tampoco.

En la reanudación, el Lleida apretó más para disfrutar de dos ocasiones consecutivas de Javi López (49’) y de Noel Carbonell (50’) que Cantero despejó a corner en dos buenas intervenciones. A partir de aquí vinieron veinte minutos de control local que arrinconó al Lleida contra las cuerdas, permitáseme la expresión como en el legendario combate entre Alí y Foreman, pero sin hacerle nada de daño, antes de que el Lleida iniciase el “arreón final” ante un Villarreal desfondado y sin ideas y que acabó encajando el gol del Lleida en el añadido, como no podía ser de otro modo.

El Lleida, por medio de Arnau, roba un balón en defensa al Villarreal. Lo cuelga al área, en el 93, para que Lazo lo despeje con el brazo dentro del área. Penalti claro que el árbitro señala para que lo transforme Miki Muñoz, no sin suspense, para seguir con la racha de siete victorias en diez partidos.

Valiente abraza a Miki Muñoz tras marcar de penalti el gol que le daba los tres puntos al Lleida ‘in extremis’.

Valiente abraza a Miki Muñoz tras marcar de penalti el gol que le daba los tres puntos al Lleida ‘in extremis’.

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