Remontada de ensueño hacia Europa del ICG Lleida

El ICG Software Lleida consiguió ayer una victoria de oro para seguir soñando con Europa, tras completar una épica remontada frente al Recam Laser Caldes (6-5) liderada por un excelso Darío Giménez. El argentino firmó un hat trick, con un último tanto de falta directa cuando restaban 35 segundos para el final que desató la euforia entre los listados, que ahora se colocan, gracias a la derrota del Alcoy en Reus, a solo dos puntos de la octava plaza que da derecho a jugar la Copa CERS la próxima temporada.

El partido comenzó eléctrico y Andreu Tomàs tuvo las dos primeras ocasiones, pero una la repelió el meta barcelonés y la segunda, tras revolverse a pase de Giménez, envió la bola alta. Cuando parecía que el 1-0 iba a llegar pronto, el Caldes, en una contra perfectamente conducida por Roger Acsensi, la culminaba Rovira haciendo subir el 0-1. El tanto dejó un tanto helado al cuadro listado, que pasados unos minutos se rehizo y comenzó a sitiar la meta barcelonesa, con Darío Giménez como jefe de operaciones. El argentino se topó con el meta Campor en un tiro lejano y luego con el larguero en una falta sacada inteligentemente por Cañellas.

El ICG merecía el gol y este llegó a los 14 minutos en otra jugada de Giménez, que disparó y el rechace lo aprovechó Andreu Tomàs para restablecer la igualada (1-1). Un minuto después, Rodero a punto estuvo de aprovechar otro rechace del portero visitante que, en el 19, evitó el 2-1 en otra jugada de Giménez, que tras dejar sentado a su marcador sirvió para que Rodero rematase a bocajarro.

Tras el paso por los vestuarios, el partido hizo un vuelco y el Caldes, en apenas dos minutos, se encontró con dos tantos anotados por Roger Acsensi (26’) y Molera (28’), que situaban un preocupante 1-3.

Darío Giménez salió al rescate para dar aire a su equipo al transformar una falta directa un minuto después (2-3). El tanto reactivó a los listados, que gozaron de dos claras ocasiones para empatar, pero en ambas se encontraron con el palo, la primera en un desvío de Andreu Tomàs a disparo de Trilla y la segunda en un lanzamiento de larga distancia de Rodero. Y del posible 3-3 se pasó al 2-4 en una falta directa anotada por Rovira, que un minuto después bordeó el quinto tanto, pero entre Lluís Tomàs y el palo lo evitaron.

El ICG recibía otro jarro de agua fría cuando mejor estaba jugando, pero ni con esas bajó los brazos. Volvió a encomendarse a Darío Giménez y el argentino volvió a aparecer para marcar el 3-4 en una soberbia jugada personal saliendo por detrás de la portería y levantando la bola. El partido se había convertido en un ring de boxeo, con constantes golpes de uno y otro conjunto. En uno de ellos el Caldes, que demostró el por qué está clasificado para la Final Four de la Copa CERS, volvió a enmudecer el Onze de Setembre con un gran gol de Roger Acsensi (3-5, m.34).

Faltaba todo un mundo por jugarse y la remontada aún era posible. Los listados apelaron entonces al orgullo, mordieron en defensa y armaron rápidas contras que desarbolaron a los barceloneses, y en solo medio minuto le dieron la vuelta al marcador. Borja López culminaba un contraataque llevado por Giménez, que segundos después servía a Cañellas el empate (5-5). Pero faltaba la épica. La puso Lluís Tomàs parando una falta directa a Rovira y, cuando faltaban 35 segundos, Giménez vivió su momento de gloria anotando otra falta que sellaba una gran victoria para seguir soñando.