Victoria con dudas

El Lleida Esportiu encadenó ayer su octava victoria en casa ante el Mallorca B (2-1) y recortó dos puntos a los puestos del play off quedándose a seis del Badalona, pero tras un mal partido en el que dejó, sobre todo en la recta final de la segunda parte, más sombras que luces ante un rival bisoño que se había quedado antes de la media hora de juego con diez por expulsión de uno de sus centrales. Campos salvó del desastre al equipo en el minuto 85 cuando detuvo un penalti que hubiera supuesto el 2-2.

Si lo que cuenta son los resultados, desde luego al Lleida no le pudo salir más rentable la jornada. De la misma forma que se ha ganado por méritos propios el derecho a ser considerado como el mejor equipo del grupo en la segunda vuelta, ayer hizo durante muchos minutos un fútbol plano, sin enlazar dos pases seguidos en la primera parte y sufriendo en la recta final víctima de su propia incapacidad de gestionar una victoria que estaba bien encarrilada gracias a dos jugadas de estrategia.

Al final lo que cuenta es la victoria y, tras el tropiezo del Badalona, el sueño del play off sigue vivo para los azules

Con la baja de última hora de Javi López, el Lleida saltó al campo como si estuviera todavía imbuido en su ánimo por la decepcionante derrota de la anterior jornada ante el Baleares.

El Mallorca B se presentaba como un equipo que acumulaba cuatro jornadas sin perder y que estaba saliendo de los puestos de peligro de descenso, pero el mejor equipo de la segunda vuelta no estuvo ayer a la altura en muchas fases del partido. Al menos, cuando ambos equipos estuvieron en igualdad numérica, el Lleida no fue superior al joven e inexperto equipo mallorquín. Todo lo contrario.

La expulsión inocente y absurda del central visitante Antoine antes de cumplirse la media hora de juego, permitió al equipo leridano soltarse algo más pero no fue capaz ni siquiera de inquietar la portería balear.

Hay que pensar que la charla del descanso sirvió para ver a otro Lleida, que salió con más brío y en apenas cinco minutos, del 53 al 58, se puso con un 2-0 gracias a un córner y una falta botada desde el centro del campo en sendas acciones de estrategia culminadas por Mikel Fernández y Marc Nierga.

Pero lo que parecía iba a ser una victoria más fácil de lo que parecía en la oscura primera parte, se complicó cuando fue expulsado Albisua, que se enredó ante el mejor de los visitantes, Caye, y le tuvo que agarrar cuando se iba directo hacia Campos. En la falta, Serrano reducía distancias ante un Lleida que perdió los papeles.

Para entonces, cuando aún figuraba el 2-0, Siviero había introducido cambios en el centro del campo para matar el partido. Pero esa expulsión de Albisua tan absurda como había sido la de su rival propició que a los azules les entrara una flojera de piernas en la que parecía que fueran ellos los jóvenes jugadores de un filial y no el Mallorca B. Por suerte Campos, una vez más, salvó los muebles.