Mucha agua y sombra contra el calor

Con los termómetros marcando los 37 grados arrancó ayer el tradicional Torneig Internacional de Futbol Base ‘Vila de Bellpuig’, que reúne hasta mañana a más de 400 niños de 38 equipos en su vigésima tercera edición. La organización, que corre a cargo de la Escola de Futbol Bellpuig, se había planteado la posibilidad de retrasar el inicio de los partidos, tanto de ayer como del fin de semana, para evitar que los niños jugasen en las horas de más calor, pero no pudo hacerlo ante la imposibilidad de avisar a los equipos participantes con tiempo sufiente, tal como confirmó su presidente, Jaume Piñol. “Los niños han aguantado. Hemos combatido las altas temperaturas mojando a los jugadores varias veces en la cabeza durante los partidos. Si alguno tenía algún problema, el árbitro tenía orden de parar el partido para que se pudieran refrescar”, añadió. De hecho, Piñol reconoció que el servicio médico de la localidad estaba alertado para asistir al campo en caso de alguna emergencia, que no se produjo, y destacó que este año se han comprado cinco nuevas carpas para que hubiera más zonas donde resguardarse del sol. Pese a todo se mostró optimista: “Estamos solo a 37 grados, tres menos de los previstos”.

En el plano deportivo, el primer título del torneo se quedó en casa. El equipo prebenjamín del Bellpuig se proclamó campeón de la categoría después de derrotar en la final al Fondarella por un ajustado 1-2. Precisamente, ambos equipos habían abierto la competición y la victoria entonces cayó del lado del equipo del Pla d’Urgell por 1-0. El Balaguer, por su parte, acabó tercero tras ganar la final de consolación al Artesa de Segre por 1-0. Hoy concluirán las categorías benjamín A y B, infantil y debutantes, y el domingo la de alevines.