De Lleida al ranking ATP

Cualquier aficionado al tenis tiene en mente a campeones como Nadal, Federer, Murray o Djokovic, levantando los trofeos de Roland Garros, Copa Davis y Master Series, ganando grandes cantidades de dinero y realizando campañas de publicidad, pero detrás de cualquier tenista profesional, hasta el más anónimo del circuito, hay grandes sacrificios que la mayoría de las veces no hallan recompensa. Dos jugadores del Club Tennis Lleida, Pablo Irigaray, de 20 años, y Òscar Manciñeiras, de 22, han iniciado ese camino para intentar vivir de la raqueta apoyados por su club y tutelados por su entrenador Kike Huelin. Ya aparecen en el ranking ATP, Pablo con dos puntos en el puesto 1.619 y Òscar con uno en el 1.775. Son los primeros del club que lo consiguen. “Llevábamos unos años con esta perspectiva de crear un grupo de competición de élite y al surgir estos dos jugadores de casa de nivel similar y con muy buena predisposición, decidimos tirar adelante el proyecto, de forma que comparten entrenamientos y viajes para que así no les resulte tan duro”, explica Ramon Melé, director deportivo del club.

Es un duro camino deportivo y también económico. Una temporada completa puede costarles unos 30.000 euros a cada uno, que será algo menos por la ayuda en intangibles que reciben del club. Pero casi toda la inversión sale de sus bolsillos y de algún patrocinador. No tienen ninguna ayuda institucional. “Jugadores de su nivel pagarían tan solo por entrenar unos mil euros al mes”, dice Melé.

Pablo Irigaray, nacido en Barbastro, lleva desde los 15 años en el CT Lleida y aparte del tenis estudia grado superior de Enfermería. Sigue el curso a distancia porque, asegura, “quiero intentar vivir del tenis y este me absorbe la mayor parte del tiempo”. Él y su compañero entrenan de lunes a viernes, mañana y tarde, y en cada sesión emplean unas dos horas y media. Cuando no entrenan toca viajar y competir. Habla con emoción de cuando consiguió su primer punto ATP. “Era el primer torneo Futures que jugué de la temporada y fue en Manacor, en las instalaciones de la academia que tiene Rafa Nadal. Luego conseguí el segundo punto en Vic”. Los torneos Futures son el primer escalón dentro del tenis profesional.

Òscar Manciñeiras lleva desde los 4 años en el CT Lleida y en mayo regresó de EEUU, donde durante 4 años estudió Administración de Empresas y Finanzas en Chicago. De aquella etapa, en la que destacó en su división universitaria, recuerda que “son, ante todo, resultadistas, lo que no ayuda a que un jugador progrese”. El pasado año logró su primer punto ATP en el único Futures que pudo jugar. Este verano, cuando estaba a punto de perderlo, lo recuperó en el torneo de Getxo. “Si no tienes puntos, no entras en los torneos”, advierte.

Kike Huelin, su entrenador, está disfrutando tanto como ellos. “Lo ideal es que encuentren su tope como jugadores. Hay jugadores que viven del tenis estando el número 200 en el ránking. Lo importante es que están progresando y aún tienen margen de mejora”, dice Huelin, que llevará a sus pupilos a torneos en Marruecos y Túnez antes de que acabe el año.

Una escuela con 260 jugadores y el primer equipo busca subir a la máxima categoría El CT Lleida cuenta con una escuela de 260 jugadores y jugadoras, desde la categoría de iniciación, pasando por las cadetes Ares y Aran Teixidó que destacan a nivel estatal, hasta el grupo de élite del que forman parte Pablo Irigaray y Òscar Manciñeiras. Ambos, junto a Enric Guaita, Albert Larrégola, Hugo Palomar y Xesc Muñoz, intentarán alcanzar la máxima categoría del tenis español tras clasificarse el pasado fin de semana para disputar la fase de ascenso.