'Màrquez style'
Con su cuarta corona de MotoGP ya acumula seis Mundiales con tan solo 24 años, que le convierten en el piloto más joven en conseguirlo, superando a Valentino Rossi
Ha ganado cuatro de los últimos cinco títulos de MotoGP y ya acumula seis coronas mundialistas con tan solo 24 años. Nunca antes ningún campeón acumuló semejante palmarés a tan temprana edad, superando registros de mitos del motociclismo como Valentino Rossi, Mike Hailwood, Ángel Nieto y Giacomo Agostini. Ese currículum, adornado con multitud de récords de precocidad que ha ido acaparando en esta década que lleva deslumbrando en el circo del motociclismo, lo ha escrito a su estilo, el que él mismo bautiza como Màrquez style, y al que para él es del todo irrenunciable. Competitivo e inconformista son sus señas de identidad.
Cuando Marc se sube a una moto solo tiene un objetivo en mente: ser el mejor. Le da igual que se trate de un entrenamiento libre, de una calificación, de una carrera o de una simple sesión de motocross o dirt track en Rufea o Ponts con su hermano Àlex y José Luis Martínez, su mano derecha. Solo le vale ganar. Esa es su máxima. Solo a veces, y solo cuando la voz de la conciencia de los que le rodean, en especial Emili Alzamora, le recomiendan paciencia y cautela, se ve a un Màrquez calculador. Pero eso ocurre muy pocas veces, y casi siempre después de un pequeño susto. Como el que dio en Cheste hace una semana. Le valía con quedar entre los once primeros para ser campeón, siempre que Andrea Dovizioso fuese el ganador, pero el leridano, cómo no, salió a por todas. Lo hizo desde la pole, la octava de la temporada, pero un susto a siete vueltas del final del gran premio cuando pugnaba por la victoria dejó helado a todo el box Repsol Honda y a media grada. Pero apareció de nuevo el mejor funambulista sobre ruedas. Sacó su magia y salvó una caída segura, haciendo aún más grande un logro sin precedentes. Ese es su estilo, tocando con la rodilla en el asfalto y en muchas ocasiones con el codo para trazar los virajes, llevando al límite su moto y su cuerpo, más fuera que sobre la máquina, alcanzando unos grados de inclinación que desafían la gravedad. Queda claro que Marc solo sabe ir así, al límite. Es su forma de pilotar y de ver el motociclismo. De lo contrario no sería él. Los entrenamientos son para probar los límites de su máquina, aunque esto conlleve besar el asfalto en muchas ocasiones, más de las que querría. Y es que esta temporada se ha caído 27 veces, “27 y media”, como puntualizó el domingo con una de sus habituales carcajadas en referencia a la salvada que hizo en plena carrera. La gran mayoría de caídas han sido en las sesiones libres o warm ups y alguna que otra en la calificación. Solo en tres grandes premios ha tenido que abandonar, dos por irse al suelo y una por avería, en Silverstone.
En las 15 carreras restantes, solo en tres se ha quedado fuera del podio, mientras que de las doce en las que ha entrado en los puestos de honor, en la mitad lo ha hecho como ganador. La mitad de esas caídas se produjeron en las primeras siete carreras, en las que la Honda no iba todo lo bien que esperaba, y cuatro de ellas llegaron en un mismo gran premio, el de Montmeló. Esa carrera, en la que finalmente acabó segundo, fue un punto de inflexión. La presión le estaba afectando, incluso empezó a perder pelo por el estrés al que estaba sometido, y allí, arropado por su equipo, que es su mental coach, como asegura, aprendió a gestionar la competición de otra forma, y el resultado salta a la vista. Màrquez se ha convertido en el piloto más joven en 68 años de historia del Mundial en conquistar seis títulos mundiales (1 en 125cc, 1 en Moto2 y 4 en MotoGP) con 24 años y 268 días, un año más joven que lo hizo Valentino Rossi (1 de 125cc, 1 de 250cc, 1 de 500cc y 3 de MotoGP) en 2004, con 25 años y 244 días. De ahí que, con 14 años menos que el Doctor, todo el mundo considere que está capacitado para superar los nueve títulos del italiano. ¿Alguien lo duda?