Cervera enloquece otra vez con Marc Màrquez

Cervera casi dobló ayer su población con la ya tradicional fiesta de homenaje a Marc Màrquez, esta vez para celebrar el sexto título mundial de su carrera, el cuarto de MotoGP. Miles de fans, 7.000 según los Mossos, llegados de todas las partes, incluido del extranjero, asistieron a una rúa que ya es una fiesta nacional en la capital de la Segarra.

Marc Màrquez se dio ayer un baño de masas en su Cervera natal, y ya van seis en ocho años, que salió a la calle para festejar otra gesta de su campeón más ilustre y el deportista leridano más laureado de la historia. Más de 7.000 fans, según los Mossos d’Esquadra, asistieron a la fiesta organizada por el Fan Club, con una rúa que esta vez fue más corta que de costumbre por el frío pero que fue igual de intensa que las anteriores.

Arrancó desde la plaza Universitat, que dos horas antes de la cita prevista prácticamente no cabía ni un alfiler, con miles de fans hondeando las banderas rojas con el 93 del hexacampeón. Esto provocó más de un quebradero de cabeza a la organización por las dificultades que tuvo el camión del Fan Club para hacerse paso entre la multitud entregada a su ídolo, que estuvo acompañado por todo su equipo y su hermano Àlex. La primera media hora, el grupo de percusión local Els Bombollers y los numerosos periodistas acreditados fueron los encargados de hacerse un hueco entre el público. Al ver que la comitiva no podía avanzar, tuvieron que intervenir una decena de agentes de los Mossos, que se ocuparon de abrir paso entre los miles de fans. Entonces la rúa se normalizó y siguió como una gran fiesta en la que su principal protagonista, con una réplica de su hormiga en las manos, no paró de saludar. Tras una hora de recorrido, Màrquez llegó a la plaza Pius XII, donde fue el auténtico maestro de ceremonias durante toda la velada.

Ya sobre el escenario, Marc desveló algunos secretos de esta temporada. De entrada, cuando el presentador le pidió hacerse un selfie con sus fans, mostró su móvil con la pantalla rota y explicó que “la fiesta en Valencia fue bastante heavy y la pantalla se rompió”. También reveló que “el inicio de temporada fue muy difícil y se me empezó a caer el pelo, tenía la cabeza llena de placas”, dijo entre risas. En referencia a la última carrera, apuntó que “mi equipo me dijo que tenía que asegurar y conservar, pero esto no forma parte ni de mi ADN ni de mi costumbre, de modo que no me pude aguantar”. Màrquez destacó que pudo salvar la caída porque “apalanqué el codo y la rodilla en el suelo y creo que alguien de vosotros (dirigiéndose a los fans) me ayudo a levantarme”.

Entre las sorpresas que le preparó el Fan Club hubo la proyección de vídeos de fans de todo el mundo felicitándole, y otros que vieron a la fiesta, como Melanie, desde Alemania; Mateo, procedente de Italia, o Carlos, el chico del sombrero de Cervera. Los familiares también subieron. Su padre Julià le agradeció “ser como eres” y le pidió: “Sigue igual”. Su madre Roser y su abuelo Ramon agradecieron el calor de todos sus fans y su abuela Elvira le dijo que para comer le prepararía caracoles. Su hermano Àlex señaló que “él gana mientras que yo lo intento” y Emili Alzamora, su mánager, dijo: “El año 2010 en una exposición que le hicieron a Marc escribí: ‘Marc que el éxito no te cambie’ y puedo garantizar que no le ha cambiado”.

Marc también destacó la rivalidad que había tenido con Andrea Dovizioso y su fair play. “He aprendido una lección que me ayudará mucho, tanto en la pista como fuera de ella, y es no subestimar nunca a nadie”, dijo en relación a que no contaba con el italiano entre sus rivales al inicio de campaña. “Cuando ganaba Dovi, decía, mira, ha recortado puntos a Viñales, al italiano (Rossi) y a Pedrosa (risas). Ha sido el rival con el que más he disfrutado”. Para acabar, Marc presentó uno a uno a los miembros de su equipo y los fuegos artificiales y el ‘We are the Champions’ de Queen cerraron un acto que se alargó más de lo que estaba previsto.