DEPORTES_LUNES
Un punto que sabe a victoria
El ICG Software Lleida y el Vendrell brindaron ayer un auténtico partidazo que tuvo de todo, emoción, tensión y, sobre todo, muchos goles. Hasta seis veces tuvieron que sacar cada portero la bola de su portería, tras un duelo eléctrico, con fases de mucha tensión y de constantes alternancias en el marcador, que se resolvió casi en el último suspiro con el tanto de Roberto Di Benedetto. El francés, autor ayer de cuatro goles, salvó un punto para un ICG que mandó tres faltas directas al palo y que mantiene la cuarta posición.
El partido arrancó con mucho respecto por parte de ambos equipos. Los primeros minutos fueron de control con tímidas aproximaciones, hasta que Eduard Fernández aprovechó un rechace de Lluís Tomàs para abrir el marcador (0-1). La reacción listada no se hizo de rogar y siete segundos después, un disparo desde lejos de Andreu Tomàs lo desvió ligeramente Darío Giménez, lo suficiente para despistar al portero (1-1).
Un aficionado local dio una bofetada a la mujer del técnico del Vendrell durante una discusión
El argentino tuvo el segundo dos minutos después, pero la bola la atajó Camps en la misma línea de gol. La salida a pista de Roberto Di Benedetto fue crucial. Nada más tocar la bola empalmó un disparo que entró como una exhalación en la portería (2-1). Los listados tuvieron ocasiones para aumentar la renta, pero fue el Vendrell, de nuevo gracias a un rechace, el que restablecería la igualada (2-2), que otra vez Roberto Di Benedetto se encargaría de romper con una jugada idéntica a la anterior (3-2). El propio francés tuvo el cuarto, pero no acertó en un mano a mano con Camps.
En los últimos minutos de la primera parte, el Vendrell le dio la vuelta al marcador gracias a dos goles de Cristian Fernández, el primero de penalti (3-4). Antes de llegarse al descanso, los leridanos desaprovecharon una falta directa que Darío Giménez envió al larguero. Una jugada que vino precedida por una pequeña tangana en la pista, con exclusión de Roberto y Cristian, y también en la grada, donde un seguidor local propinó al parecer una bofetada a la mujer del entrenador del Vendrell, con la que estaba manteniendo una discusión.
En la reanudación, con los ánimos más calmados, el ICG salió más acertado y al minuto y medio el argentino se desquitaba de su error y daba una asistencia a Andreu Tomàs para que igualara la contienda (4-4). El pallarés gozó de otra gran ocasión un minuto después, pero no estuvo acertado en el mano a mano con el portero. Pero otra magistral jugada de Giménez, ayer puesto en modo asistente, sirvió el 5-4 a Roberto.
No había tregua y cada jugada llevaba peligro de gol. Lluís Tomàs salvó un par de ellos en dos acciones casi consecutivas, que tuvieron la réplica en otro mano a mano con Camps, esta vez del goleador francés, que no anduvo fino. Como tampoco lo estuvo Darío Giménez en la segunda falta directa que ejecutaba. El argentino se topó de nuevo con el palo y, aunque marcó en el rechace, el árbitro anuló el gol por haber invadido el área del portero.
Y del posible 6-4 se pasó en apenas cuatro minutos al 5-6. Marc Navarro, en jugada personal, y Cristian Rodríguez, de falta directa, volvieron a poner en ventaja al Vendrell, infalible en las jugadas a bola parada, todo lo contrario que el ICG, que fallaba la tercera falta directa, ahora ejecutada por Creus. Y cuando todo parecía que los tres puntos volaban del Onze de Setembre, Roberto Di Benedetto marcó el 6-6 definitivo, si bien Andreu Tomàs tuvo la última ocasión para ganar pero el portero lo evitó.