LO MEJORLO PEOR
El Barça liquida al Madrid
Los azulgranas sentencian al campeón, al que humillan en el Bernabéu por tercera vez consecutiva en la Liga || Luis Suárez, Messi de penalti y Aleix Vidal golean para dejar al eterno rival a catorce puntos
El Barça asestó un golpe definitivo al Madrid en la Liga y endosó a Zidane su derrota más dolorosa, tras una apuesta arriesgada sentando a Isco y apostando por Kovacic, que se le volvió en contra en una segunda mitad en la que los azulgranas pasaron por encima y golearon con tantos de Luis Suárez, Messi de penalti y Aleix Vidal. El Barça dejó a los blancos a 14 puntos de distancia en la tabla, mientras que el Valencia está a 11. Y van siete triunfos en sus últimas 10 visitas al Bernabéu, balance demoledor.
Zidane inventó y erró. Traicionó el mensaje que tanto repite, siempre preocupado por el buen juego de su equipo antes que del rival y le salió mal. Modificó su idea habitual y para ello el castigo recayó en el futbolista que más regularidad tuvo en el cuarto de temporada completado: Isco. La aparición de Kovacic, con el gran recuerdo de su marcaje a Messi en la Supercopa, fue su as escondido en la manga ante un Valverde que extendía su confianza en el once que mejor resultado le está dando y que ayer volvió a exhibirse.
La victoria, que deja al Madrid sentenciado y media Liga en el bolsillo, y el juego de los azulgranas, con Messi al mando
Los azulgranas apenas tuvieron fisuras, más allá de alguna pérdida que provocó la contra blanca y la falta de acierto ofensivo
La salida en tromba madridista dejó un gol bien anulado a Cristiano Ronaldo por fuera de juego y un intento lejano de Carvajal a manos de un seguro Ter Stegen. Las intenciones eran buenas, los dos equipos presionando en campo contrario y desatando una lucha en el centro del campo por el balón que sería la clave. Mejores intenciones que fútbol. Más intensidad que precisión. Un Madrid que mordía buscando acciones de gol ante un Barça que se posicionó pero no encontraba su juego. La tranquilidad de ser válido el empate le invitó a especular intentado quitar ritmo al partido. Los gestos de los futbolistas resumían la primera parte. Cristiano aparecía por todos los lados, metido y protestando cada acción. Iniesta se desesperaba pidiendo calma con sus manos porque estaba más alejado de lo que deseaba del balón. Messi se tocaba el pelo mientras meditaba la zona del campo donde podía aparecer para desequilibrar. Busquets se lamentaba por perdidas impropias de su calidad en la salida de balón. En minutos todo cambiaría.
El Barcelona no arriesgó y el Madrid atacó a oleadas con Modric como el cerebro de todo. Cristiano chutaba al aire su primer intento y el pulso de los reyes del fútbol tenía respuesta con Messi. Apareció poco en zona de peligro pero siempre leyendo bien cada acción. Su mejor socio sería Paulinho y su llegada por sorpresa desde segunda línea. A la media hora el pase medido desde la banda derecha del argentino, encontró el remate en carrera del brasileño y la manopla salvadora de Keylor Navas.
Con Benzema en zona de nadie y nula participación hasta la última acción del primer acto, cuando cabeceó al poste su único remate a puerta, los ataques madridistas los monopolizaba Cristiano. Enfadaba a Modric en una acción en la que pecaba de egoísmo sin espacio para chutar y se topaba con Ter Stegen en su mejor jugada, con bicicleta y disparo cruzado. Paulinho era peligro constante y de cabeza hacía intervenir de nuevo a Keylor, el mejor ayer de largo de los blancos.
El Barcelona sabía que solo crecería en el clásico con el balón y se lanzó a por él en el inicio del segundo acto. Le metió morfina al rival para rebajar el hambre madridista en cada disputa. El nerviosismo se apoderaba de un Bernabéu que comenzaba a mirar a Zidane esperando un movimiento desde el banquillo. Iniesta puso su nombre al balón, con lecciones en cada una de sus apariciones, y comenzaron a acabar jugadas con Luis Suárez avisando antes de romper el partido. En la mejor salida de balón de un Busquets impreciso, encontró el espacio al movimiento de Rakitic, la mala lectura de Kovacic que por seguir a Messi dejó un tres para dos que aprovechó Sergi Roberto para extender su sociedad con Luis Suárez que, a placer, adelantaba al líder (1-0).
El Madrid entró en shock. Solo le valía ganar para reengancharse al pulso por el título y el arrebato le sería insuficiente. No pudo ni tirar de casta, con algunos jugadores fuera del partido, como Sergio Ramos, que pudo haber sido expulsado tras agredir a Luis Suárez. El Madri corrió tras el balón, cometió errores defensivos de gravedad y terminó de hundirse a los 63 minutos. Un error de Casemiro, tras perdonar Suárez el segundo, dejó en un mano a mano al uruguayo ante Keylor que sacaba y tras varios remates, uno de ellos al palo, Carvajal detenía con sus manos un cabezazo de Paulinho que entraba en la portería. Expulsión, penalti y lanzamiento a la escuadra de Messi. Las opciones quedaban sentenciadas, a catorce puntos del líder y con un partido menos. Una distancia jamás levantada en la historia de la Liga.
Fiel a su identidad, el Madrid murió luchando hasta el final y con Ter Stegen erigiéndose en protagonista. Y suerte tuvo de Keylor, que fue salvador ante Messi y Semedo, pero nada pudo hacer en el añadido con el disparo de Aleix Vidal tras pase de Messi que cerraba el primer triunfo de Valverde ante un Zidane al que deja señalado tras una nueva derrota. La venganza de la Supercopa de España estaba cumplida.