HOCKEY SOBRE PATINES COMPETICIÓN
Una vida sobre ruedas
Lluís Rodero sigue jugando en el Juneda, donde es el director técnico, hace de ‘scouting’ en el Vila-sana y colabora con la base del Llista || Su sueño es ser algún día entrenador del ICG en OK Liga
Hace unos meses se retiró como jugador de élite en el ICG Llista, que le colgó su camiseta con el número 8 en el pabellón Onze de Setembre junto a la del capitán Carlos Trilla, pero el hockey sigue siendo el modus vivendi de Lluís Rodero. A sus 37 años, se resiste a colgar los patines. De hecho, sigue jugando. Lo hace en la Nacional Catalana con el Juneda, club en el que, además, es su director deportivo desde hace varios años. Ambas tareas las compagina con las de scouting en el Vila-sana de OK Liga, equipo en el que también pone el carnet superior de entrenador al no tenerlo su titular; colabora con la base del Llista, haciendo un seguimiento a los mejores juveniles y júniors que juegan con él en el Juneda; y es el director deportivo de la Catalana en Lleida y seleccionador infantil, tanto masculino como del femenino.
“Toda mi vida está vinculada al hockey. Es mi trabajo, mi forma de vida, una parte importante de mi día a día. Para mí un fin de semana sin hockey es algo inusual”, reconoce Rodero, que cuando decidió retirarse tuvo la ocasión de seguir en la élite, tanto en la OK Liga como en el extranjero. “Cuando anuncié mi retirada del Llista dejé en el aire la posibilidad de seguir jugando. Había dicho que no a ofertas de OK Liga y Primera Nacional, y también de Italia, porque lo dejaba a nivel de élite, pero dejaba la puerta abierta a jugar en un Juneda o un Llista de Primera Catalana para apoyar a los niños y sacarme la espina de no dejarlo de golpe. Este año juego en el Juneda y no llevo el número 8, llevo el 28, porque me marcó el colgar la camiseta y dejar de jugar en la élite en el club que quería”, afirma.
Ahora su gran sueño es la de entrenar a un equipo de la máxima categoría, ya que la idea de ser entrenador la tiene en su cabeza desde muy joven. “Me saqué el carnet de entrenador a los 18 años porque tenía claro lo que quería. Los chavales de mi edad tenían la prioridad de sacarse el carnet de conducir, para mí era el de entrenador de hockey”, apunta. Hasta ahora ha entrenado a equipos de base, pero su objetivo es dar un salto cualitativo. “Mi ilusión es dar un paso hacia adelante y entrenar en Primera y Ok Liga”.
Rodero no oculta que su sueño sería dirigir al equipo de su vida. “Evidentemente que me gustaría entrenar al Llista, pero Albert (Folguera) está haciendo un gran trabajo y no pienso en que a ver si acaba pronto para entrar yo. Si algún día no está y el club confía en mí, yo iría encantado. He jugado y me he sentido muy bien en todos los clubes en los que he estado, pero cuando defiendes tus colores no tiene nada que ver. El club para el que he trabajo siempre ha sido el Llista y me encantaría ser algún día su entrenador”, aseveró.