LO MEJORLO PEOR
Fiesta con castigo
El Camp d’Esports se viste de gala pero el Lleida, pese a su buen juego, sufrió una derrota demasiado abultada || Espectáculo en el campo y en la grada, con 12.000 espectadores
La fiesta que vivió ayer el Camp d’Esports, con la visita del Atlético de Madrid en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey, no tuvo un buen final para el Lleida, que sufrió una derrota excesivamente abultada (0-4), para los méritos que hizo el equipo de Gerard Albadalejo, que plantó cara durante muchos minutos a un rival plagado de estrellas y que se mostró letal en sus aproximaciones a la meta leridana. Seis remates a puerta, cuatro goles.
El estadio leridano volvió a ser el de sus grandes jornadas. Muy cerca del lleno, con unos 12.000 espectadores y un ambiente de gala, tanto en los alrededores del estadio como en las propias gradas. La afición aportó ayer un impulso extra a los jugadores del Lleida, pero el Atlético impuso, con dureza, la ley del más fuerte, dejando sentenciada la eliminatoria.
La afición ya llenaba los alrededores del estadio desde dos horas antes del partido. El autocar del Atlético fue recibido por decenas de personas, unos aclamando a los jugadores colchoneros y otros con gritos de ánimo hacia el Lleida, para demostrar a los de Simeone que si querían la victoria, se la tendrían que ganar.
El buen ambiente siguió durante todo el partido, con cánticos, a veces de ánimo, en otras con insultos recíprocos entre las aficiones más radicales de ambos equipos, reprobados siempre con silbidos por la mayoría de los asistentes. Era una fiesta y la inmensa mayoría quería que lo fuera hasta el final.
Pero en las fiestas deportivas siempre hay un resultado en juego. Y éste fue contundente a favor del Atlético. El Lleida lo dio todo. Jugó bien. Muy bien, incluso, en algunos momentos. Pero cedió ante el potencial de su rival, en el que debutaron los dos primeros fichajes que ha hecho una vez cumplida la sanción que le impuso la FIFA, Vitolo y Diego Costa. El hispano-brasileño, además, marcó y, aunque se lesionó en esa jugada, pudo concluir el partido.
El Lleida, tal como había anunciado Albadalejo, salió muy fuerte. Tanto, que la pelota solo tenía un dueño: el equipo leridano. Pases, ritmo, velocidad, llegadas al área visitante... Y las primeras ocasiones, que topaban siempre con el meta Moyà. Lo intentó Iván Agudo en varias ocasiones y también Manu Molina. Pero el gol le fue esquivo a los azules.
En cambio, en una primera parte claramente local, el Atlético hizo mucho daño con muy poco. No remató a puerta hasta el minuto 20, cuando Godín cabeceó fuera una falta. Y su primer remate bien dirigido, de Fernando Torres, no llegó hasta el minuto 29. Pero en solo cuatro minutos, rompió el partido y la eliminatoria. Una falta cabeceada de nuevo por Godín supuso el 0-1 en el minuto 32. Y en el 36, aunque en fuera de juego no señalado, Torres establecía el 0-2 con el que se llegó al descanso. En la segunda parte el Lleida de nuevo mereció el gol sin conseguirlo, mientras que el Atlético anotaba el 0-3 con un remate de Diego Costa, cinco minutos después de salir al campo y cerraba el marcador (0-4) con una falta lanzada por Griezmann que entró desviada por un defensa. Un castigo sin duda excesivo para el Lleida.