DEPORTES
Bastó media hora
La sociedad entre Leo Messi y Jordi Alba, probablemente la pareja más en forma del fútbol mundial en estos momentos, destrozó al Celta en una primera media hora estelar de los de Valverse y clasificó, por la vía rápida (5-0), al Barcelona para los cuartos de final de la Copa del Rey. En lo que va de Siglo XXI el Barça ya se clasificado 14 veces para cuartos, siendo ésta la octava consecutiva y encadena 28 partidos sin perder, con lo que iguala la racha de Pep Guardiola en la 2010-11, lejos aún de los 39 que encadenó Luis Enrique en la 2015-16.
Salió el Barça a por la eliminatoria desde el pitido inicial. Valverde ya avisó en la víspera de que sus hombres no especularían ni un segundo con el 1-1 de la ida y, si en Balaídos dio descanso a varios titulares, ayer puso a toda la artillería sobre el césped del Camp Nou.
La presión alta, la recuperación tras pérdida y un ritmo endiablado en la circulación del balón ahogó al equipo gallego en una gran primera parte local, sin duda la mejor del Barcelona esta temporada.
A los quince minutos, los azulgranas ya mandaban por 2-0. En el primer gol, Jordi Alba controló un genial pase de Iniesta a Messi, que remató cruzado haciendo inútil la estirada de Sergio. Un calco al gol del Levante del último partido de Liga. El segundo fue una cominación entre ambos que finalizó con otro remate sutil de primeras del ‘crack’ de Rosario. Séptima asistencia de Alba a Messi en lo que va de temporada.
El argentino devolvió a su compañero el favor en el 3-0, habilitándole con un pase en profundidad que el de L’Hospitalet cazó tirándose al suelo.
La siguiente ofensiva azulgrana acabó en el 4-0, que marcó Luis Suárez tras aprovechar un error defensivo de Sisto. El partido acababa de superar la media hora y la eliminatoria estaba resuelta para los azulgranas con un autoridad incontestable.
El resultado podía haber sido aun más abultado al descanso, si Iniesta y Suárez hubieran aprovechado otros dos regalos de Messi –un pase de espuela y otro de cabeza–, que iba desplegando todo su repertorio de trucos ante la impotencia de los gallegos. Y es que el Camp Nou no tuvo noticias de los hombres de Unzué durante toda la primera mitad. Rendido ante la evidencia, el técnico del Celta sentó a Iago Aspas y a Wass al descanso, en un claro mensaje de que había firmado su capitulación antes de que empezara la segunda parte.
Valverde, en cambio, optó por cambiar a Messi a la hora de juego, para que el Camp Nou le ovacionara. El ‘10’, relevado por Dembéle, volvió a ser, por enésima vez, el hombre el partido.
Poco después, el Celta, que acabó el partido sin ver si quiera una tarjeta amarilla, llegó por primera y única vez a las inmediaciones de Cillessen. Pero cuando Maxi Gómez ya había sentado a Vermaelen y se disponía a batir al meta holandés, apareció Semedo para evitar el gol.
Dembélé fue el gran animador de la recta final. El público tenía ganas de disfrutar del francés y éste confirmó que puede ofrecer grandes partidos con la camiseta azulgrana.
Suyo fue el saque de esquina que cabeceó, libre de marca, Rakitic, para hacer el 5-0, a falta de tres minutos para el final. El Camp Nou acabó coreando el nombre de Valverde.