LO MEJORLO PEOR
Balón de oxígeno
El Actel recupera su mejor versión en el Barris Nord con una victoria doble que le permite mirar más al play off que al descenso || Mbaye pudo jugar y fue una de las claves
El Actel Força Lleida volvió a ganar en el Barris Nord, su asignatura pendiente en este curso, para sumar una victoria ante el Clavijo (70-62) que tiene doble valor, por ser ante un rival directo en la lucha por la permanencia y porque da aire a un equipo necesitado de tranquilidad, que ahora se puede permitir el lujo de empezar a mirar, aunque sea de reojo, hacia el play off.
Como hizo Ernesto Valverde el jueves en Mestalla, arriesgando con Piqué pese a sus problemas físicos, Borja Comenge no quiso ser menos ayer y también puso de salida a su mejor cinco, Mbaye, pese que el miércoles sufría una rotura en el tríceps de su brazo derecho. El senegalés, pese a todo, demostró una vez más su compromiso poniendo su granito de arena en un Actel Lleida que no atraviesa por su mejor momento, algo que quedó patente desde el inicio.
El Actel cimentó su victoria en el tercer parcial, donde logró una máxima renta de 17 puntos (60-43)
Jugar en el Barris Nord parece ser, cuando menos visto desde fuera, una tortura para el equipo de Borja Comenge, al que le puede la presión de jugar ante los suyos. Ayer no fue una excepción, al menos durante una primera mitad de pobre espectáculo de ambos equipos. El Actel empezó llevando el mando en el marcador y llegando a tener cinco puntos de renta (10-5), tras completar sendos contraataques, el estilo que más le gusta. Pero las cosas no tardaron en torcerse y el Clavijo le dio la vuelta al partido sacando provecho de los errores locales.
Tras un primer parcial que se cerró en tablas (16-16), el inicio del segundo no invitaba a nada bueno. Karena, que había entrado en pista, dio un pase atrás al espacio que dejó a todos atónitos, incluido Comenge. Primera acción del neozelandés y primer gran error no forzado. Pero a diferencia de otras veces, como ante el Manresa, Karena no se hundió. Es más, encadenó dos canastas, con algo de fortuna, y una tercera más adelante que sirvió para dar al Actel su máxima renta en el partido, siete puntos (31-24), tras completar un parcial de 7-0, 15-6 en el global del cuarto.
Y todo ello sin hacer nada del otro mundo. Bien es cierto que el Clavijo anduvo muy fallón, sobre todo en el tiro libre, lo que aprovecharon los de negro para incrementar su ventaja hasta los nueve puntos (41-32), gracias en parte a un par de triples de un hasta entonces afinado Djukanovic. El partido tuvo visos de romperse por momentos, pero los errores locales y los triples de Quintela mantuvieron las espadas en alto al descanso (41-35).
A la vuelta de los vestuarios la situación dio un vuelco, tanto en el juego como en el marcador. El Actel salió con otro aire, más suelto, con las ideas claras y menos impreciso. En esta mejoría tuvo mucho que ver Mbaye. Tras cuatro puntos consecutivos de Adala, que situaban al Clavijo a solo cuatro puntos (43-39), el senegalés dio aire a su equipo con dos canastas seguidas que bien pudieron tener un valor triple, pero erró sendos tiros libres adicionales, unos errores que la afición entendió, dados sus problemas para ejecutar bien el tiro, y que tuvieron su respuesta en forma de ovación.
Fue un punto de inflexión a partir del cual el Actel firmó sus mejores minutos, en los que casi finiquitó el partido. A la fiesta se sumó Ogungbemi, con cinco puntos seguidos y una asistencia de espaldas a Martí que hizo levantar al público de sus asientos, obligando al técnico riojano a parar el partido viendo que los de negro establecían otra máxima diferencia (54-43). El momento dulce del Actel tuvo continuidad y otros cinco puntos seguidos de Feliu, con triple incluido, y un tiro libre de Karena pusieron al Clavijo al borde del KO (60-43) a un minuto de acabar el tercer cuarto.
Pero ahí se atascó el equipo de Comenge. En un abrir y cerrar de ojos, los leridanos prácticamente desaparecieron y los riojanos empezaron a recortar diferencias, llegándose a situar a ocho puntos (64-56). Pero ahí aparecieron Ogungbemi y, sobre todo, Martí para frenar la sequía y romper la mala racha en el Barris Nord con una victoria balsámica.