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BALONCESTO COPA DEL REY

El joven de Tremp detenido por llevar una estelada: "Me pegaron, he pasado miedo"

Un joven de Tremp que fue a Canarias con unos amigos para ver los partidos de la Copa denuncia que la Policía le agredió por llevar una estelada || Condenado a 720 € de multa tras un juicio rápido

El grupo de seguidores de Tremp se fotografió con Pierre Oriola y la Copa del Rey.

El grupo de seguidores de Tremp se fotografió con Pierre Oriola y la Copa del Rey.

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Apasionados del baloncesto, un grupo de siete jóvenes de Tremp, de entre 19 y 22 años se fueron a pasar el fin de semana a Las Palmas para disfrutar de la Copa del Rey. Pero lo que debía ser una solo una fiesta, acabó convirtiéndose en una pesadilla. Sobre todo para uno de ellos, Pau, que fue agredido por la policía española, detenido sin motivo aparente y juzgado por “resistencia a la autoridad”, algo que el joven niega. Tras un juicio rápido fue condenado a pagar 720 euros de multa, a razón de 6 euros diarios durante cuatro meses. “He pasado miedo. Me dieron una paliza y no sabía si me volverían a pegar. Y tuve que estar con delincuentes de verdad”, lamenta Pau.

Los hechos ocurrieron durante el partido del viernes, en el que el Barcelona ganó al Baskonia. “Uno de los del grupo llevaba una estelada y aunque la ACB ha hecho un comunicado asegurando que estaban permitidas senyeras y esteladas, no es verdad. No nos la dejaron entrar”, explica. “Nos la entraron unos aficionados del Baskonia y nos la dieron dentro”.

Un policía le amenazó con pegarle y le dijo que “nosotros no somos como la mierda que tenéis allí”

Al final del partido, tras la victoria del Barça, “íbamos con las camisetas azulgranas y nos quisimos hacer una foto al lado de la pista. Entonces vinieron unos policías y a tres seguidores, uno de mi grupo y yo y otro que no iba con nosotros, de muy malas maneras nos pidieron el DNI y la entrada”, relata Pau. “Yo pensé que nos iban a multar por estar fuera de nuestra zona. Estaban muy encendidos y uno nos comentaba ‘os voy a meter de ostias. Nosotros no somos como la mierda que tenéis allí’. Yo no entendía por qué y dije: estoy flipando. Entonces se abalanzó y me dio dos golpes en la cara. Yo me eché atrás y entonces vino otro, me pegó también en la cara, me tiró al suelo y empezó a pegarme patadas. Lo tuvieron que apartar sus propios compañeros. Me esposaron y me apartaron para que nos nos viera nadie”, añade. “Yo estaba cagado de miedo. Se me llevaron, me metieron en un coche y fuimos a comisaría, donde pasé la noche en una celda”.

A la mañana siguiente “me hicieron fotos, me tomaron huellas y me dijeron que tendría un juicio rápido y que vendría un abogado de oficio. Le expliqué lo que me había pasado y me dijo que solo tenía dos opciones, afrontar el juicio o aceptar el acuerdo al que había llegado él con el juez, pasar de atentado a la autoridad a resistencia a la autoridad y aceptar una multa. ¿Qué iba a hacer? Yo solo quería acabar con eso cuanto antes”.

“Al ir al juicio en la furgoneta iban cuatro detenidos más, uno que había acuchillado a su hermano, otro con orden de alejamiento... y yo, que no había hecho nada”. El informe policial también le acusaba de estar “embriagado”. “Otra mentira. Entramos en el pabellón a las 17.00, me detuvieron a las 23.00 y allí no servían alcohol”.

Ya en libertad, el sábado fueron a ver la semifinal y el domingo, la final que ganó el Barça. “Pero ni esteladas, ni cánticos. Teníamos miedo. En ningún momento hubo problemas entre aficiones, ni yo odio a nadie ni soy un radical. Todo lo liaron ellos”, concluye.

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