Iniesta y Messi, al rescate

Le costó ocho partidos y algo más de 12 horas de fútbol, pero Leo Messi logró ayer ver portería por primera vez ante el Chelsea para rescatar un valioso empate para el Barcelona en Stamford Bridge (1-1), que le da ventaja en los octavos de final de la Liga de Campeones. En la misma portería en la que en el año 2009 el equipo azulgrana celebró el famoso ‘Iniestazo’, el argentino consiguió batir a uno de los pocos equipos que tenía pendientes y evitó que la eliminatoria quedara favorable para el vigente campeón de la Premier League, en ventaja con un gol de Willian. Los blues, ahora, se tendrán que plantar el próximo 14 de marzo en el Camp Nou buscando el más difícil todavía y con la necesidad de marcar.

No se dieron los ingredientes para considerar a este partido como histórico, como sí lo fue el del ‘Iniestazo’ de 2009. Esta vez el Barça, en un partido similar salvo la ausencia de la épica y con menos ocasiones se fue vivo gracias a una pérdida rival, a un gran pase de Andrés Iniesta, otra vez imprescindible, y un tiro colocado de Messi. El único, pero clave. Primer disparo entre los tres palos del Barça, y gol. Así de letal fue el Barça, así de letal un Messi que no había marcado ningún gol al Chelsea en ocho partidos, pero que ayer se desquitó. Si el Barça es merecedor de pasar en el Camp Nou lo será, en parte, gracias a este gol del argentino, asistido por Andrés Iniesta, que ideó un pase al milímetro.

Había tenido el balón el Barça pero sin crear peligro, de forma totalmente inocua para el Chelsea. Pase a pase, de lado a lado, pero sin verticalidad ni encontrar huecos en la nutrida defensa de los blues, mucho mejor asentados. Además, el Chelsea no tuvo prisa pero subió con asiduidad y puso en peligro a los azulgranas en varias ocasiones.

Ernesto Valverde repitió en Londres el mismo ‘once’ con el que se impuso hace tres días al Eibar (0-2) y apostó por el brasileño Paulinho en la línea de cuatro en la medular junto a Busquets, Rakitic e Iniesta. El peso ofensivo de los azulgrana recayó un día más sobre Luis Suárez, todavía sin estrenarse este curso en la Champions, y Messi, motivado como nunca para picar por primera vez a los blues.

En el Chelsea, el esquema puesto en liza por Antonio Conte era toda una declaración de intenciones: 3-4-3, con Hazard como ‘falso 9’ y apoyado por el exazulgrana Pedro y Willian en las bandas. La consigna del técnico italiano era clara: defensa férrea, recuperación con Kanté y salida de balón rápida con los tres de arriba. Avisaron muy temprano los de casa, primero con un zurdazo a los cinco minutos de Hazard que se marchó elevado y poco después merced a un cabezazo picado de Rüdiger a la derecha de la portería de Ter-Stegen.

Pese a los dos acercamientos iniciales, el Chelsea, contento con el 0-0, no varió su planteamiento conservador y dejó el balón al Barcelona (80% contra 20 en algunos compases de la primera mitad), que, cansado y sin ideas, no sabía muy bien qué hacer con él cuando estaba frente al área rival. Solo Paulinho, con un remate de cabeza que salió desviado a la derecha de Courtois, inquietó ligeramente a los blues, que tuvieron dos ocasiones de oro, ambas de Willian, para estrenar el electrónico.

El brasileño se topó hasta dos veces con los palos en dos jugadas prácticamente calcadas, primero en el minuto 33 con un chut a la madera derecha y después en el 41, con un nuevo derechazo desde la frontal, pero esta vez a la madera izquierda. En ambas Ter-Stegen ni se movió. La tónica se mantuvo en la segunda mitad, y Willian, a la tercera y con una jugada idéntica a las dos anteriores, no perdonó y tuvo recompensa a su gran partido. Corría el minuto 61, después de un saque de esquina en corto, el balón le quedó en el balcón del área al ‘22’, que se quitó de encima a Busquets con una gambeta y le pegó perfecto, con rosca, buscando el palo bajo de Ter Stegen, que tapado por sus compañeros solo pudo recoger el balón del fondo de la portería.

El 1-0 de Willian dejaba el partido donde lo quería el Chelsea, sabedor de que los de Valverde se irían al ataque en busca del empate. Movió fichas ahí el Txingurri, que quitó al inédito Paulinho y buscó ampliar el campo con Aleix Vidal. No tardó en (1-1) llegar el esperado gol de Messi, que a falta de un cuarto de hora para el final puso fin a una sequía de más de 12 horas. Todo nació en un error en el pase de Christensen, impreciso durante buena parte del partido, que recogió Iniesta para superar a Azpilicueta antes de entrar en el área y servir un pase medido al punto de penalti para que el argentino, de primeras, engañara a Courtois por su palo derecho. El Chelsea intentó, tarde, estirar las líneas pero sin fortuna y el Barça tampoco pudo disponer de ocasiones para la remontada. Al final se firmaron unas tablas que dejan mejor sabor de boca a los de Ernesto Valverde de cara a la vuelta en el Camp Nou.