Cerca del abismo

El Actel Lleida cayó ayer en Valladolid y lo hizo con estrépito (75-60), aumentando a cinco la mala racha de derrotas consecutivas. Ya no es que el play off se haya esfumado de las mentes de todo seguidor, sino que hay que comenzar a mirar y con mucho detenimiento a los resultados de los equipos en zona de descenso. Una posible reacción está más lejos que nunca y la amenaza de perder la categoría empieza a ser un fantasma cada vez más real.

Tuvieron muchos problemas en defensa los jugadores grandes del Actel Lleida ante rivales muy dinámicos que les ganaron en la mayoría de situaciones. Un triple de Alvarado puso contra las cuerdas a los de negro nada más comenzar el partido (10-4), aunque Ogungbemi respondió con otro lanzamiento exterior. Los leridanos estaban teniendo especiales problemas con Kok, pero Comenge mantuvo a Karena y Martí, sus dos interiores de salida. Solo la segunda personal del pívot de Belianes provocó la entrada de un Olaizola que tampoco solucionó mucho. La reacción llegó de la mano de Ogungbemi y Djukanovic. que mantenían con vida a un Actel Lleida siempre por detrás en el luminoso. Hasta que llegó una de las jugadas del partido, un triple sobre la bocina de Sutina, que estableció el 20-20 al final del primer cuarto.

El Actel solo fue capaz de anotar 6 puntos en el segundo cuarto, todos obra de un Mbaye renqueante

El segundo capítulo comenzó con la segunda personal de Olaizola y un baile de faltas y errores por parte de ambos equipos que desdibujó el espectáculo. El único que se sobrepuso a este sinfín de problemas fue Mbaye, que reaparecía después de dos partidos. Gracias al senegalés, el Actel Lleida se mantenía dentro del partido, con un mate brutal que supuso el 27-26. Pero ahí se esfumó el equipo de Comenge. A 5:55 del descanso. Ni una canasta más antes del descanso, lo que dio pie a que el Valladolid pusiera todos los cimientos para sumar el triunfo en el Pisuerga. Comenge intentó parar el despropósito con dos tiempos casi consecutivos, pero los pucelanos, de la mano de Wade-Chatman estaban desatados. Parcial de 9-0 para cerrar el cuarto, que podía haber sido mucho peor para los intereses del Actel, y una diferencia de 10 puntos al descanso (36-26). Este final del segundo cuarto se vio reflejado en las estadísticas, con un 6 de 22 en tiros de dos (una cifra bajísima para intentar ganar en Valladolid) y Mbaye anotando los 6 puntos de su equipo antes del descanso.

Si ya era complicado, para hundir aún más la moral de la flota, Reyes anotó un triple de salida que suponía una máxima renta local de 13 puntos. La buena noticia fue que Ogungbemi acabó con una sequía que se fue más allá de 7 minutos. El Valladolid comenzó a encontrarse cómodo gracias a estas diferencias, especialmente un Alvarado desatado ante el que Ogungbemi no pudo. El base local anotó el triple que supuso una nueva máxima diferencia de 15 puntos (47-32) y el tiempo de Comenge cuando aún restaban 5:29 para el final del tercer cuarto. El partido se escacapaba a un ritmo vertiginoso. Un triple de Djukanovic parecía que daba cierta esperanza, pero fue un mero espejismo. Dos triples consecutivos de Hopfgartner y otra vez el desbarajuste. Gantt aprovechó esta circuntancia para anotar dos canastas sin oposición y dejar una nueva máxima renta de 22 puntos (57-35). Nueva respuesta de Comenge con su segundo tiempo muerto a 2:41 del final del tercer cuarto, pero ya era demasiado tarde, la derrota estaba más que asegurada a falta de un cuarto que pintaba intrascendente.

Así fue como el Pisuerga comenzó a celebrar la victoria, que ponía fin a una mala racha de cuatro derrotas consecutivas, y dejaba al Actel Lleida contra las cuerdas. Solo quedaba por saber la diferencia por la que el equipo de Comenge hincaba la rodilla sobre el parquet. Finalmente, 15 puntos y la terrible sensación de que el Valladolid fue totalmente superior. Solo queda apelar a la épica el miércoles, cuando visitará el Barris Nord el Prat (20.30), en un derbi con los papeles cambiados.