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La Liga se tiñe de azulgrana
El FC Barcelona sumó ayer una nueva victoria en la Liga (2-0) frente al Athletic, manteniendo su condición de líder indiscutible e invicto gracias a una gran actuación colectiva durante la primera mitad y, en especial, de un Messi que desarboló con su juego y un gol la defensa de un rival tocado tras la eliminación de Liga Europa. Además, salió más que beneficiado de la derrota del Atlético en Villarreal, que deja a los rojiblancos en la segunda posición a 11 puntos más el ‘average’ particular a falta de 9 jornadas.
Las bajas importantes en el once blaugrana de Sergio Busquets, por lesión, y de Luis Suárez, por sanción, apenas tuvieron repercusión en un conjunto local que encontró una vez más en Messi su referencia ofensiva y en el trabajo en bloque en la presión adelantada la manera de ahogar cualquier intento oponente. El argentino avisó a balón parado, antes de combinar por enésima vez durante esta temporada con un Jordi Alba que, en esta ocasión, optó por asistir a Paco Alcácer. El valenciano aprovechó la ausencia de Luis Suárez para anotar su primer tanto del año pocos minutos después del arranque del partido en el Camp Nou (1-0).
El tempranero tanto evidenció las dudas de un Athletic con posible fatiga y en mal momento anímico, después de su caída en los octavos de la Liga Europa frente al Marsella del pasado jueves. Ante su ex equipo, Ernesto Valverde no tuvo piedad y ordenó una presión adelantada que puso en apuros a los vascos.
Con los bilbaínos encerrados en su campo, Kepa y los postes evitaron una goleada antes del descanso. Dembélé, en su mejor momento como jugador azulgrana, se topó en dos ocasiones con las buenas acciones del guardameta visitante, mientras que Coutinho, en dos ocasiones, y Paulinho, en otra, se estrellaron con la madera. Al que no hubo forma de frenar fue a Messi, que recibió un pase de Dembélé en la frontal del área para ampliar la ventaja con un disparo cruzado y raso. El segundo tanto certificó la superioridad visible del Barça en una primera mitad en la que Ter Stegen estuvo inédito (2-0).
Después del paso por los vestuarios, Ziganda intentó cambiar la marcha del partido moviendo un banquillo en el que contaba con los sorprendentes suplentes Williams y Aduriz. Sin embargo, el técnico optó por reforzar el centro del campo con la entrada de Iturraspe para tratar de frenar la sangría de ocasiones locales.
La modificación en la estructura del equipo provocó un cambio de actitud que desembocó en los mejores minutos visitantes, con un tiro desviado de Lekue desde la frontal y otro, en posición muy forzada, de Sabin Merino en la primera contra visitante. Este cambio de dinámica niveló el juego, aunque los bilbaínos no lograron el acierto para recortar diferencias, a pesar del ingreso al terreno de juego de Williams y Aduriz. La mejora rival, la relajación y el cansancio bajaron la intensidad de un Barcelona que ya no pudo encontrar con facilidad a Messi y que se limitó a gestionar su ventaja, a pesar de una última ocasión en la que el balón se marchó algo desviado. Con la cosecha de estos tres puntos, el Barça presionó a un Atlético de Madrid a 11 puntos del liderato antes de su visita a Villarreal, donde terminó cayendo por un ajustado 2-1 y despidiéndose de cualquier opción. Por su parte, el Athletic cerró con esta derrota una semana de cruda realidad, con una temporada escasa de fútbol. La reacción tras el descanso endulzó unos pobres primeros 45 minutos.