LO MEJORLO PEOR
Vergonzoso KO europeo
El Barça se derrumba en Roma con una actuación insólita y queda eliminado en cuartos por tercer año consecutivo || El equipo mostró una imagen lamentable y acabó pagando muy cara su pasividad
El Barça, que traía una ventaja de 4-1 de la ida, firmó ayer una debacle histórica al caer 3-0 en el estadio Olímpico contra el Roma, lo que le dejó fuera en los cuartos de final de la Liga de Campeones por tercer año consecutivo. Valverde salió a amarrar, no a ganar como había prometido, o por lo menos lo pareció. Y el Barça, que tenía un colchón cómodo, acabó por los suelos como los sueños de los culés. Los goles del bosnio Edin Dzeko, el italiano Daniele De Rossi, de penalti, y el griego Kostas Manolas, con un cabezazo en el 82, le dieron al Roma un pase de ronda histórico ante un Barcelona irreconocible y que terminó castigado por su pasividad y una defensa de cristal, lejos de la sobriedad que había exhibido hasta hace poco.
No apareció el Barça en Roma, por lo menos no lo hizo el Barça que no hace tanto asombraba por Europa. Lo que tenía que ser un mero trámite, un dejar pasar los minutos con el balón controlado y buscando algún gol que sentenciara el cruce, se convirtió en una pesadilla en la que los azulgranas corrían perdidos tras la pelota y veían como la Roma iba logrando los tres goles condenatorios.
Se queda el Barça fuera de las semifinales y de la manera más dolorosa posible. Sin ocasiones, sin control, sin poder decir un ‘aquí mando yo’ y sin corregir errores sobre la marcha. Solo en los últimos minutos, ya con 3-0 en el marcador y la Roma aculada atrás, el Barça tuvo alguna ocasión con Messi o Dembélé. El extremo francés fue un refresco y una alternativa que probó tarde Ernesto Valverde, pero suya fue una vaselina lejana que casi obró el milagro. Pero este no tenía que ser azulgrana. El milagro lo había pedido Eusebio Di Francesco y sus hombres se lo brindaron, con temple y sacando un orgullo convertido en gol. Necesitaba la Roma un gol tempranero para que los capitalinos creyeran en la remontada y encendieran el ‘Colosseo’, y Dzeko lo logró en el minuto 6 aprovechando una contra y rompiendo bien el fuera de juego tras un buen pase largo de De Rossi. Controló con la derecha y disparó con la zurda picado para sorprender a Ter Stegen ante la pasividad de Piqué y Umtiti.
Antes de eso, Sergi Roberto había tenido la sentencia en el minuto 4, pero disparó flojo un buen pase de Leo Messi, ayer desconectado por completo. No pudo entrar en juego y tampoco pudo ir a buscarse la vida como acostumbra, y si desaparece Messi lo hace buena parte del Barça. Tras el gol de Dzeko no cambió nada, sino que se acrecentó el juego ofensivo de la Roma y a los azulgranas se le vieron las costuras. El traje celeste, ayer, se apedazó y de qué manera.
La dupla formada por el veterano Edin Dzeko y el joven Patrik Schick bajó todos los balones, asistieron a sus compañeros y remataron todo lo que era rematable. Marc-André Ter Stegen salvó a su equipo de encajar más goles, y además tuvo que sacar el balón en largo desde su portería como casi nunca hace, producto de la gran presión que hacían los italianos, que en ningún momento dejaron pensar con claridad a los de Ernesto Valverde. Y si no era el meta alemán tenía que ser Piqué, ya que no había centro del campo. Busquets, que jugó infiltrado como en la ida, estuvo lento, igual que Rakitic e Iniesta. El juego largo y la consecuente pérdida del balón fueron una constante en un Barça irreconocible, desdibujado.
El 1-0 al descanso fue la mejor noticia para un Barça que en la segunda parte consumó su caída. Un claro penalti de Piqué sobre el bosnio Dzeko puso el 2-0 en el marcador en el minuto 58, con el ‘capitano’ De Rossi fusilando a Ter Stegen. Y lejos de buscar el 2-1, el Barça siguió dejando pasar los minutos hasta encajar el tercero. De hecho, la única jugada de cierto peligro del Barça sin contar los minutos finales y el ‘frontón’ que entonces sí fue el duelo, fue un tiro de Messi en el minuto 74 que Alisson atajó bien. En cambio, Ter Stegen sacaba agua como podía de su área. Y en el minuto 82, el griego Manolas, que como De Rossi se había marcado en propia en la ida, se desquitó con el gol de la remontada rematando un córner en el primer palo.
Como en 2016 y 2017, el Barça se queda fuera de las semifinales y no será uno de los cuatro mejores equipos del Viejo Continente. Tercera temporada seguida sin estar en la antesala de la final y dejando una imagen a mejorar de cara a la final de la Copa del Rey, que podría brindar el primer título el 21 de abril, y de una Liga que está encarada como lo estaba esta eliminatoria antes del suicidio culé.