Milagro en Manresa

El Actel Lleida probó ayer que los milagros existen y gracias a su victoria en Manresa (68-74), combinada con la derrota del Azpeitia ante el Araberri (112-92), permitió al equipo salvar la categoría gracias al ‘average’ particular. Cuando todo apuntaba a un irremediable descenso a la LEB Plata, el Nou Congost volvió a convertirse en una fiesta del baloncesto leridano casi 17 años después del ascenso a la Liga ACB.

Final feliz para un proyecto, el segundo que inició Borja Comenge en el banquillo, que se torció en pretemporada, con las lesiones de larga duración de los dos extracomunitarios del equipo, Derksen y Karena. El estadounidense, que fue el que tardó más en recuperarse de una fractura de un dedo del pie, ha sido uno de los mejores en las últimas jornadas, recuperando la versión que se esperaba de él. Mientras, el neozelandés nunca ha tenido la regularidad necesaria para un ‘cinco’ determinante en la categoría a la hora de dar el relevo a un jugadorazo como Mbaye.

La afición ha echado de menos a un jugador resolutivo como lo fueron Rupnik y después Nevels

Aún así, y con la plantilla reforzada con jugadores vinculados de Copa Catalunya y el alta temporal del letón Davis Rozitis, cuya continuidad hubiera dado otro aspecto al equipo, el Actel Lleida se fue moviendo por la zona media de la clasificación hasta principios de febrero, cuando era noveno, en puesto de play off y con un balance de 10-12. A partir de la victoria ante el Clavijo en el Barris Nord, la décima, el destino fue más cruel aún. Mbaye se vio obligado a parar por una lesión en el brazo y, a pesar de la llegada de un nuevo pívot procedente de la Liga ACB como Julen Olaizola, el Actel Lleida encadenó cinco derrotas consecutivas, la última en Valladolid, que tuvieron como consecuencia la destitución fulminante de Borja Comenge, el técnico que fue contratado para liderar un proyecto de tres años. Una decisión con la que el club buscaba un revulsivo a falta de siete jornadas para el final de la fase regular y al borde de las posiciones de descenso. La directiva no le dio opción alguna de rectificar el rumbo y eligió a su ayudante, Jorge Serna, como técnico temporal, aunque este ha tenido que lidiar hasta final de temporada con una plantilla muy tocada debido a las circunstancias y en la que se ha echado en falta un jugador resolutivo como lo fueron la pasada temporada, primero Rupnik y después un estelar Nevels.

Aunque se llegó a ganar al Prat, cinco derrotas seguidas más situaron al Actel Lleida en zona de descenso por primera vez en toda la temporada. Por suerte o porque los milagros existen, se logró la permanencia en la LEB Oro sobre la bocina, en una memorable última jornada con una victoria en una pista talismán, la del Manresa.