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Mané es paseado a hombros por aficionados tras el partido en el que el Lleida ganó al Badajoz.

Mané es paseado a hombros por aficionados tras el partido en el que el Lleida ganó al Badajoz.SEGRE

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José Manuel Esnal Pardo “Mané” (25-3-1950, Balmaseda), consiguió varios ascensos durante su dilatada trayectoria como entrenador, pero guarda un especial cariño con el que llevó a su Lleida a Primera división. “Estoy muy contento de haber contribuído a hacer felices a mucha gente”, explica desde Santiago de Compostela, ya que durante estos días está haciendo el Camino de Santiago. Con el Lleida logró dos ascensos, a Segunda A (89-90) y a Primera (92-93). Antes había subido al Figueres a Segunda A (85-86) y después también ascendió a Primera con el Alavés (97-98) y Levante (2005-06).

Mané explica que “se agradece que después de tanto tiempo aún se recuerden estas cosas. Estoy contento porque guardo muy buenos recuerdos de Lleida, no solo por el ascenso, si no por los seis años que estuve en la ciudad y el trato que recibí. No puedo olvidar la celebración que hubo en las calles ni la alegría de la gene. Fue algo fantástico”, añade.

“Pusimos al Lleida en el escaparate. Son cosas que pasan pocas veces, por eso el recuerdo permanece”

Lamenta que no haya vuelto a haber un ascenso a Primera. “Me hubiera gustado que hubiera habido otro logro como ese, fue una época muy positiva y por eso está en ese rinconcito de la memoria, tanto en los que lo vivieron como en los que contribuyeron a conseguir un momento de felicidad colectiva como ese. Por eso, aunque hayan pasado 25 años, el recuerdo sigue estando muy vivo”, valora.

Aunque admite que el equipo no tenía como objetivo el ascenso, dice que él sí que pensaba que podía conseguirse. “Íbamos ganando partidos, habían pasado ya dos terceras partes de la Liga, veía que el equipo estaba muy metido en la competición y yo sí que pensaba que podríamos lograrlo. Y además, lo conseguimos dos o tres jornadas antes del final”.

Mané tiene también un recuerdo “para los que ya no están”, como el delegado Beni Ibars, el presidente Mario Duran o uno los jugadores emblemáticos de aquel equipo, Antoni Palau, fallecido el pasado año. “Sí, me acuerdo de ellos. El presi era la cabeza visible de todo aquello, por su implicación, tanto a nivel personal como económica”. Y tampoco olvida que en Primera se ganó al Barça y al Madrid. “Pusimos a Lleida en el escaparate. Son cosas que se viven pocas veces y cuando las vives quedan para siempre en el recuerdo”.

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